Los trabajadores de la fábrica de armas de Trubia quieren negociar con Defensa

El cierre de la fábrica de armas de Trubia fue ordenado por el Ministerio de Defensa, según informaron los representantes de la dirección, la cual no tiene competencia para abrir de nuevo la factoría ni para negociar con los trabajadores, si bien comunicará sus peticiones al Ministerio.La fábrica fue cerrada el miércoles de la semana pasada como respuesta a los paros parciales protagonizados por los trabajadores para apoyar sus reivindicaciones, basadas fundamentalmente en su deseo de desmilitarizar la factoría, en la exigencia del ejercicio de sus derechos sindicales y en el ingreso en la Seg...

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El cierre de la fábrica de armas de Trubia fue ordenado por el Ministerio de Defensa, según informaron los representantes de la dirección, la cual no tiene competencia para abrir de nuevo la factoría ni para negociar con los trabajadores, si bien comunicará sus peticiones al Ministerio.La fábrica fue cerrada el miércoles de la semana pasada como respuesta a los paros parciales protagonizados por los trabajadores para apoyar sus reivindicaciones, basadas fundamentalmente en su deseo de desmilitarizar la factoría, en la exigencia del ejercicio de sus derechos sindicales y en el ingreso en la Seguridad Social. Los trabajadores se niegan, igualmente, a aceptar el 10% de aumento salarial propuesto por la empresa.

Las centrales sindicales Comisiones Obreras y UGT estiman que debe abrirse un diálogo entre el Ministerio de Defensa y los representantes de los trábajadores, con la participación de dirigentes sindicales como asesores o mediadores.

Los trabajadores han elegido una comisión de veinte miembros, cuya primera misión será la de estudiar las alternativas que se pueden presentar al actual conflicto.

Los 1.700 trabajadores de la fábrica de armas de Trubia, núcleo de población perteneciente al municipio de Oviedo, mantuvieron en 1977 una huelga de veintiún días para reivindicar una subida salarial y la transferencia de la factoría, que depende del Ministerio de Defensa, a la empresa nacional Santa Bárbara. Por primera vez la plantilla manifestaba su oposición de forma abierta a sus condiciones de trabajo y a su militarización.

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