La URSS, irritada por el comunicado de Carter y Teng contra "hegemonismo"

Con especial inquietud e irritación acogieron ayer la Unión Soviética y sus principales aliados del Pacto de Varsovia el comunicado conjunto «de prensa» firmado anteayer en Washington por el presidente norteamericano, Jimmy Carter, y el viceprimer ministro Teng Hsiao-ping, en el que se expresó la voluntad de China y Estados Unidos de oponerse al «hegemonismo», término con el que Pekín califica sistemáticamente la política internacional de la Unión Soviética.

Pocas horas después de difundirse la declaración, el embajador soviético en Washington, Anatoli Dobrinin, visitó al secretario de ...

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Con especial inquietud e irritación acogieron ayer la Unión Soviética y sus principales aliados del Pacto de Varsovia el comunicado conjunto «de prensa» firmado anteayer en Washington por el presidente norteamericano, Jimmy Carter, y el viceprimer ministro Teng Hsiao-ping, en el que se expresó la voluntad de China y Estados Unidos de oponerse al «hegemonismo», término con el que Pekín califica sistemáticamente la política internacional de la Unión Soviética.

Pocas horas después de difundirse la declaración, el embajador soviético en Washington, Anatoli Dobrinin, visitó al secretario de Estado, Cyrus Vance, a quien transmitió la preocupación de Moscú. Vance dio inmediatamente «seguridades» a Dobrinin de que no se propone formar un frente común con China, en contra de los intereses de la URSS.Paralelamente, portavoces de la Casa Blanca hicieron saber que el Departamento de Estado «suavizó» a última hora el contenido del comunicado, mediante el procedimiento de agregarle al concepto de «hegemonismo» el de «dominación», con lo cual, según el criterio norteamericano, no se ha hecho aparecer a los soviéticos corno únicos destinatarios de la declaración.

En el comunicado se subrayó la voluntad de Carter y Teng Hsiao-ping de «oponerse a los esfuerzos de cualquier país o grupo de países para establecer una hegemonía o dominación sobre otros», y que ambos «están decididos a contribuir al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales y la independencia nacional».

Las «seguridades» ofrecidas por Washington a Moscú son interpretadas como un deseo de no dificultar la firma del acuerdo SALT II (reducción de armas estratégicas), prevista para coincidir con la visita que próximamente efectuará a Estados Unidos el presidente de la URSS, Leónidas Brejnev.

Sin embargo, la agencia soviética Tass reiteró ayer, tras la entrevista de Vance con Dobrinin, que Washington debe «clarificar» su posición ante el antisovietismo chino. Mientras tanto, Teng Hsiao-ping era entusiásticamente aplaudido por los representantes más genuinos del capitalismo norteamericano, durante su visita a la factoría central de la empresa Ford en Atlanta.

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