El PCI retira su apoyo al Gobierno demócrata-cristiano en Italia

El Partido Comunista Italiano (PCI) decidió ayer retirar su apoyo al Gobierno democristiano que preside Giulio Andreotti y que contaba con el respaldo de una «mayoría programática parlamentaria» constituida por comunistas, demócrata-cristianos, socialistas, republicanos y socialdemócratas. La decisión fue anunciada ayer, poco después de concluir la cumbre de los partidos de la citada mayoría, por el secretario general del PCI, Enrico Berlinguer. La retirada de los comunistas forzará, probablemente el lunes, la dimisión de Andreotti y la apertura de una crisis política que puede dese...

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El Partido Comunista Italiano (PCI) decidió ayer retirar su apoyo al Gobierno democristiano que preside Giulio Andreotti y que contaba con el respaldo de una «mayoría programática parlamentaria» constituida por comunistas, demócrata-cristianos, socialistas, republicanos y socialdemócratas. La decisión fue anunciada ayer, poco después de concluir la cumbre de los partidos de la citada mayoría, por el secretario general del PCI, Enrico Berlinguer. La retirada de los comunistas forzará, probablemente el lunes, la dimisión de Andreotti y la apertura de una crisis política que puede desembocar en unas elecciones anticipadas.«Después de estudiar detenidamente los hechos, hemos llegado a la conclusión de que nos resulta imposible continuar en la mayoría que apoya al Gobierno», declaró ante los periodistas Berlinguer, que acusó a la Democracia Cristiana de deslizarse hacia la derecha e incumplir los pactos que dieron lugar a la mayoría que apoyó al Gobierno.

Los principales puntos de desacuerdo del PCI con la DC se refieren a los puntos acordados sobre política industrial, el problema del desempleo de losjóvenes y en el sur, puntos en los que el PCI ha lanzado reiterados ataques al Gobierno monocolor, por considerar que no cumplía los compromisos alcanzados para tratar de paliar estos problemas.

Pero, según los observadores, el problema de fondo es que el objetivo preciso del PCI es estar en el Gobierno o en la oposición, sin términos medios. Precisamente en el PCI existe un amplio debate sobre la colaboración con el Gabinete monocolor. La línea que se ha impuesto es que el PCI no debe estar vinculado a un Gobierno que despierta cada vez mayor desconfianza cuando no existe posibilidad de controlar la aplicación de los compromisos, con lo que sufre el mismo desgaste que el Gobierno.

En realidad, la crisis quedó abierta el miércoles pasado, tras la infructuosa entrevista entre los secretarios generales de los dos partidos mayoritarios del país. Este mismo día, las Brigadas Rojas asesinaron al primer militante comunista, el sindicalista Guido Rosa. Una coincidencia, opinan los observadores, que recuerda la también coincidencia entre el secuestro de Moro y el acuerdo para una mayoría programática parlamentaria.

Con la desaparición de Moro se pudo apreciar un desplazamiento hacia la derecha en la DC. Síntoma de ello fue el nombramiento de Carlo Donat-Cattin, líder de la corriente más conservadora y anticomunista de la DC, como vicesecretario general del partido que presidiera Moro.

Desde el pasado mes de diciembre, los días del Gabinete Andreotti parecían contados. Si el secuestro de Moro evitó un debate a fondo sobre el Gabinete monocolor que constituyó Andreotti en marzo del pasado año, este Gabinete se salvó por los pelos en la polémica parlamentaria sobre el caso Moro y estuvo a punto de naufragar cuando la Democracia Cristiana, en diciembre, intentó dar marcha atrás en la ley de reforma agraria, ya aprobada en el Senado.

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Alternativas

Abierta la crisis política en Italia, se espera que ésta sea larga, aunque quizá no tanto como la que se cerró en marzo pasado con el «acuerdo programático parlamentario», tras 54 días de discusiones al borde del bizantinismo. Fue una crisis que se saldó gracias a una cuestión casi semántica: mientras el PCI pedía un acuerdo entre los partidos del «arco constitucional» que tuviese carácter político, es decir, una mayoría parlamentaria, la DC negaba un acuerdo de tal naturaleza y pretendía que fuese sólo técnico; esto es, en torno a un programa de Gobierno. La solución se encontró en la constitución de «una mayoría programática parlamentaria».Los partidos menores, entre ellos el socialista, buscaban ya días atrás encontrar una nueva fórmula que evite el paso del PCI a la oposición. El meollo de la cuestión estará en cómo lograr que el PCI quede vinculado al Gobierno pero sin entrar en él.

La preocupación de los socialisitas es evitar una selecciones anticipadas. Los comunistas dicen que no las temen, pero no las consideran oportunas.

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