Calvo Sotelo: "España no tiene prisa en negociar con las Comunidades Europeas"

España no tendrá prisa en terminar las negociaciones de adhesión a la CEE, declaró ayer el ministro de Relaciones con las Comunidades, Leopoldo-Calvo Sotelo, quien añadió que la Administración hispana negociará con la frialdad, dureza y mercantilismo que caracteriza a los funcionarios comunitarios. El ministro admitió que España está dispuesta a renegociar el acuerdo de 1970, «en el marco global de la adhesión», y calificó de «ambigua» la actitud francesa ante el proceso de integración de España en la CEE.

Leopoldo Calvo Sotelo convocó ayer una conferencia de prensa para declarar su sat...

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España no tendrá prisa en terminar las negociaciones de adhesión a la CEE, declaró ayer el ministro de Relaciones con las Comunidades, Leopoldo-Calvo Sotelo, quien añadió que la Administración hispana negociará con la frialdad, dureza y mercantilismo que caracteriza a los funcionarios comunitarios. El ministro admitió que España está dispuesta a renegociar el acuerdo de 1970, «en el marco global de la adhesión», y calificó de «ambigua» la actitud francesa ante el proceso de integración de España en la CEE.

Leopoldo Calvo Sotelo convocó ayer una conferencia de prensa para declarar su satisfacción por la decisión del Consejo de Ministros de la CEE de abrir el próximo 6 de enero las negociaciones de adhesión con España. «Ya no somos un país tercero, sino una nación candidata», afirmó el ministro, quien aseguró que a partir del mes de enero España se incorporará a la cooperación política de los nueve.El ministro insistió en que en febrero se abrirán las negociaciones, y no excluyó la posibilidad de que a partir de esa fecha se avance en algunos temas. No obstante, el señor Calvo Sotelo reconoció las reticencias francesas, que desean que la negociación propiamente dicha arranque después de las próximas elecciones del Parlamento Europeo, para el mes de septiembre, como lo afirmó un portavoz autorizado en Bruselas.

En este tema hay que señalar una cierta confusión que se pierde en el triunfalismo del anuncio de la apertura de las negociaciones para febrero, lo que, sin duda, constituye un gesto político de los nueve que encaja bien en el calendario electoral de UCD, aunque el señor Calvo Sotelo insiste en que no era este el objetivo. Es cierto que el Consejo de la CEE decidió abrir las negociaciones formalmente en febrero. Esta apertura será, en realidad, más un acto solemne y protocolario que realmente negociador y se celebrará posiblemente el día 6, fecha en que se reúne en Bruselas el Consejo de Exteriores comunitario. En el comunicado oficial de la CEE se añade que el Consejo encargó al Comité de Representantes Permanentes y a la Comisión «la pronta preparación de los trabajos preparatorios indispensables para una base de negociación común». Esta recomendación que ordena la estructuración de la posición negociadora comunitaria tiene, a corto plazo, otro objetivo que el de la simple preparación negociadora, imprescindible desde luego. Con esta frase, el Consejo da a Francia la oportunidad de que las negociaciones no empiecen antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de julio.

El ministro francés, que desde enero a julio presidirá los debates del Consejo y, de facto, todo lo que tenga que ver con la negociación hispana, ha defendido en Bruselas la idea de que en la situación actual su país no puede permitirse que una negociación con España incida en el debate político interno francés; de ahí, la inclusión del párrafo que habla de trabajos preparatorios o más bien moratorios. Aquí se inserta la declaración del señor Calvo Sotelo relativa a la «ambigüedad de la posición de Francia con respecto a la candidatura española, presentándose como valedor de la causa hispana, cuando en realidad es el país que más interfiere».

Por último, el ministro Calvo Sotelo se refirió a los trabajos que la parte española prepara para las negociaciones, y anunció que existía un documento elaborado por sus servicios, cuya síntesis presentará en breve al Consejo de Ministros y posteriormente al Parlamento. Asimismo, el ministro se refirió al tema pesquero diciendo que el problema de este sector está excesivamente magnificado, que afecta sólo a los armadores y que tiene muy poca incidencia social y menos aún económica.

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