Inminente desaparición del Centro de Formación de Asistentes Sociales
Es inminente la desaparición del único centro de formación permanente para asistentes sociales que funciona actualmente en España. Este centro viene funcionando en Barcelona desde el año 1975, gestionado por el Grupo de Investigación y Formación Permanente en Trabajo Social (GITS).
La causa de su desaparición reside, según los responsables del centro, en la reestructuración ordenada por José Grifoll, director del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la Universidad Autónoma de Barcelona, de quien dependen. Esta decisión del director del ICE, incomprensible a primera vista d...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Es inminente la desaparición del único centro de formación permanente para asistentes sociales que funciona actualmente en España. Este centro viene funcionando en Barcelona desde el año 1975, gestionado por el Grupo de Investigación y Formación Permanente en Trabajo Social (GITS).
La causa de su desaparición reside, según los responsables del centro, en la reestructuración ordenada por José Grifoll, director del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE) de la Universidad Autónoma de Barcelona, de quien dependen. Esta decisión del director del ICE, incomprensible a primera vista dada la vasta actividad que ha llevado el centro desde su creación, se ve agravada por cuanto ha sido refrendada por la junta del ICE, de la que forman parte m ayoritariamente personas que sustentan teorías progresistas dentro del campo de la educación, como, por ejemplo, las diputadas Marta Mata y María Rubies, y Teresa Eulalia Calzada, dirigente comunista catalana y miembro del Comité Central del PCE.
El Centro de Formación Permanente de Asistentes Sociales fue creado a raíz de que el desaparecido político y educador Josep Pallach autorizara al GITS para que desarrollara su labor en el seno del ICE, del que era director en 1973.
Las argumentaciones esgrimidas por el actual director del ICE para la desaparición del centro se basan en el hecho de que los asistentes sociales no tienen reconocida una categoría universitaria. Sin embargo, hay que resaltar que en sus cuatro años de funcionamiento han pasado por el centro alrededor de un millar de alumnos y que los cursos que se organizaron en diversas ciudades españolas agruparon a un total de 370 asistentes sociales.