Apretada victoria de Herrera en Venezuela

La Democracia Cristiana vuelve al poder en Venezuela

El político demócrata-cristiano Luis Herrera Campins, 53 años, candidato del partido socialcristiano COPEI, ha ganado, por escaso margen, las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Venezuela y sustituirá en marzo en la presidencia de la República al actual jefe del Estado, Carlos Andrés Pérez.

Aunque el escrutinio de los seis millones de votos emitidos no había cincluido todavía anoche, un comunicado del presidente venezolano anunció el reconocimiento del triunfo electoral de Luis Herrera sobre Luis Piñerúa, candidato de Acción Democrática. El reconocimiento oficial de l...

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El político demócrata-cristiano Luis Herrera Campins, 53 años, candidato del partido socialcristiano COPEI, ha ganado, por escaso margen, las elecciones presidenciales celebradas el domingo en Venezuela y sustituirá en marzo en la presidencia de la República al actual jefe del Estado, Carlos Andrés Pérez.

Aunque el escrutinio de los seis millones de votos emitidos no había cincluido todavía anoche, un comunicado del presidente venezolano anunció el reconocimiento del triunfo electoral de Luis Herrera sobre Luis Piñerúa, candidato de Acción Democrática. El reconocimiento oficial de la victoria de la oposición se hará esta mañana pero ya se anunció que el secretario de la Presidencia había recibido de Carlos Andrés Pérez el encargo de visitar al presidente electo y reconocerle como triunfador.

La victoria de Luis Herrera, abogado y periodista que estuvo exiliado en España, significa, ante todo, un duro golpe para el partido del Gobierno, Acción Democrática, que hasta el último momento dio por segura la victoria de Piñerúa. Luis Herrera declaró ayer a EL PAIS que trabajará por profundizar las buenas relaciones hoy existentes entre España y Venezuela.

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Los sociaIdemócratas, derrotados en las elecciones venezolanas

(Viene de primera página)

En la historia democrática de Venezuela es la segunda vez que los democristianos de COPEI llegan al poder. En los últimos veinte años ha habido tres Gobiernos de Acción Democrática, presididos por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Carlos Andrés Pérez, y uno socialcristiano, encabezado por Rafael Caldera. En las elecciones de 1973, los adecos, como aquí se conoce a los militantes de Acción Democrática, protagonizaron una sorpresa similar a la producida en las elecciones del domingo: todo el mundo estaba convencido de la victoria del candidato de COPEI, Lorenzo Fernández. Carlos Andrés Pérez, sin embargo, arrasó a sus oponentes con un margen de más de 400.000 votos, hecho insólito en la historia electoral de Venezuela.

El propio Rafael Caldera, al comentar en la madrugada del domingo la victoria de Luis Herrera, resaltó que ésta se debía, en buena parte, al resurgimiento que en toda América Latina están teniendo las teorías políticas de la Democracia Cristiana. «Este es un hecho incuestionable -afirmó el ex presidente Caldera-, y así lo he comentado con figuras importantes de la Democracia Cristiana latinoamericana, como Eduardo Frei. Creo que realmente es ahora cuando ha llegado el verdadero momento para nuestra ideología en el continente».

Muchos observadores estiman que gran parte de la responsabilidad de la derrota la tiene el propio partido del Gobierno, por su decisión de escoger a Luis Piñerúa como candidato presidencial. Piñerúa, un honrado e infatigable trabajador de la política, tiene una suma enorme de virtudes personales y profesionales, pero entre ellas no está el carisma capaz de arrastrar masas electorales. En este punto, los hechos parecen dar la razón al presidente Carlos Andrés Pérez, que no ocultó sus preferencias por Jaime Lusinchi, el otro aspirante a candidato presidencial de Acción Democrática. Piñerúa era el preferido de Rómulo Betancourt, el incuestionable líder de AD. El gran poder del ex presidente dentro de la organización hizo que su criterio prevaleciera sobre el del jefe del Estado.

Mientras el país y los observadores extranjeros aún no se han repuesto de la sorpresa causada por la victoria de Luis Herrera (que es preciso insistir, aún no está proclamada oficialmente), los analistas ya hacen cábalas sobre las perspectivas del próximo Gobierno demócrata-cristiano. Y la mayoría coincide en señalar que a Luis Herrera le será muy costoso cumplir con las promesas en las que ha basado su campaña electoral.

El nuevo presidente ha insistido, a lo largo de más de trece meses de permanente contacto con los vene zolanos, en zaherir los errores de Gobierno de Carlos Andrés Pérez y, en prometer soluciones inmediatas a los graves problemas que aquejan al país: la inseguridad ciudadana, el aumento de la delincuencia, el deficiente funcionamiento de los servicios públicos, la corrupción administrativa y el derroche de las riquezas derivadas del petróleo venezolano son los puntos básicos de la constante crítica de Luis Herrera a la obra de gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Luis Herrera pertenece al ala izquierda de la Democracia Cristiana venezolana e incluso sus oponentes de Acción Democrática han calificado de comunistoides dos de los proyectos, aún no suficientemente explicados, sobre los que Luis Herrera ha basado su campaña: la propiedad comunitaria y el Estado promotor.

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