Cartas al director

Convalidación de estudios en el extranjero

Al concluir la reciente visita a España del ministro de Educación francés, señor Beullac, RTVE hizo eco de la rueda de prensa que dicho ministro dio junto con nuestro titular de Educación, señor Cavero.En el transcurso de la misma el señor Beullac manifestó la preocupación y el deseo de nuestro titular de que los 100.000 (aproximadamente) españoles actualmente escolarizados en Francia no olvidaran que, ante todo, son españoles, con vistas a su futuro regreso a nuestra patria.

Debo confesar que dichas declaraciones me afectaron profundamente, pues formo parte de ese contingente de hijos ...

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Al concluir la reciente visita a España del ministro de Educación francés, señor Beullac, RTVE hizo eco de la rueda de prensa que dicho ministro dio junto con nuestro titular de Educación, señor Cavero.En el transcurso de la misma el señor Beullac manifestó la preocupación y el deseo de nuestro titular de que los 100.000 (aproximadamente) españoles actualmente escolarizados en Francia no olvidaran que, ante todo, son españoles, con vistas a su futuro regreso a nuestra patria.

Debo confesar que dichas declaraciones me afectaron profundamente, pues formo parte de ese contingente de hijos de emigrantes que recibieron educación en el país vecino, y que jamás olvidó sus raíces, añorando siempre su patria.

Recientemente, tras haber finalizado mis estudios en Francia, y ejercido durante dos años mi profesión de perito en dicho país, se me brindó, por fin, la posibilidad de regresar a España la aproveché y, en pocos días, me encontré en Madrid dispuesto a integrarme en una empresa con la categoría que mi titulación de perito me hacía suponer. Pues bien, se me exigió la convalidación de mis estudios franceses y, después de largos trámites, mi situación es la siguiente: el Ministerio de Educación y Ciencia denegó la convalidación por falta de acuerdos culturales con Francia, y un título equivalente al español, como puedo probarlo con documentos en mi poder, se quedó en nada.

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El resultado de ello es que ni puedo ejercer mi profesión ni tengo derecho en mi país a la categoría profesional que por circunstancias de la vida he debido buscar en Francia.

Me pregunto. pues, y creo que

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con derecho, si somos exclusivamente nosotros los que no debemos olvidar nuestra nacionalidad española; tal vez, por su parte, el organismo en cuestión debiera hacer lo propio y no ser tan fríos administrativamente y calurosos públicamente.

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