Tribuna:

Juan Ramón Martínez, un hombre en su sitio

Juan Ramón Martínez ha muerto en su sitio. Su sitio era su tierra y su trabajo: el País Vasco y el periodismo regional.Sus labios y sus ojos siempre presentaron una sonrisa chispeante, franca, cordial e inteligente, que rara vez se turbó por el enfado. Su corazón y su mente tenían la templanza de un hombre joven que afrontaba la vida con estudio y serenidad, buscando la conciliación y lo positivo de las acciones.

Hondo profesional, luchador por la libertad y la independencia periodística y por la dignificación de los trabajadores de prensa, conoció los riesgos de las reuniones clandesti...

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Juan Ramón Martínez ha muerto en su sitio. Su sitio era su tierra y su trabajo: el País Vasco y el periodismo regional.Sus labios y sus ojos siempre presentaron una sonrisa chispeante, franca, cordial e inteligente, que rara vez se turbó por el enfado. Su corazón y su mente tenían la templanza de un hombre joven que afrontaba la vida con estudio y serenidad, buscando la conciliación y lo positivo de las acciones.

Hondo profesional, luchador por la libertad y la independencia periodística y por la dignificación de los trabajadores de prensa, conoció los riesgos de las reuniones clandestinas durante el franquismo, en defensa de sus ideales.

En su joven vida, y en su intensa vida profesional, supo de crisis de empresas que le tocaron de cerca, supo de riesgos de muerte en el ejercicio profesional, como cuando estuvo a punto de quedarse para siempre en Vietnam, al final de la contienda, donde acudió como enviado especial de prensa y supo también de los logros que, poco a poco, se iban consiguiendo en una profesión y un país a los que amaba intensamente.

Pero toda su corta y fructífera vida, estuvo orientada a formarse para volver a su tierra. Para ejercer allí la profesión en la que creía. Y encontró definitivamente su sitio, cosa que no todos los hombres son capaces de conseguir. El tuvo la honestidad y la voluntad suficientes, para hacerlo.

Y de entre todas sus huellas, por encima de todo, siempre sobresaldrá el amor que tuvo y el amor que supo inspirar a cuantos compañeros y amigos, hombres y mujeres, tuvimos la suerte de conocerlo.

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