Mota Pinto acentuará el apoyo a la iniciativa privada en Portugal

Un apoyo decidido y prioritario a la iniciativa privada y la rehabilitación del nacionalismo son las notas dominantes del ideario político presentado por Carlos Mota Pinto. A medida que se ultima la formación del nuevo Gobierno, se acentúan los síntomas de un nuevo giro hacia la derecha y recrudece la agitación social.

Terminada la fase de consultas con los partidos representados en el Parlamento, el futuro primer ministro anunció que se reunirá con el jefe del Estado antes de dar a conocer la composición definitiva de su Gabinete.Al concluir una entrevista con Mota Pinto, la delega...

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Un apoyo decidido y prioritario a la iniciativa privada y la rehabilitación del nacionalismo son las notas dominantes del ideario político presentado por Carlos Mota Pinto. A medida que se ultima la formación del nuevo Gobierno, se acentúan los síntomas de un nuevo giro hacia la derecha y recrudece la agitación social.

Terminada la fase de consultas con los partidos representados en el Parlamento, el futuro primer ministro anunció que se reunirá con el jefe del Estado antes de dar a conocer la composición definitiva de su Gabinete.Al concluir una entrevista con Mota Pinto, la delegación del Partido Comunista expresó ayer su desacuerdo total con la fórmula escogida, que considera «aún más de derecha», e incluso, «reaccionaria», que el ejecutivo actualmente en funciones. Los otros partidos, que ya manifestaron su intención de dar «luz verde» en el Parlamento al nuevo Gabinete de «independientes» formado por Mota Pinto, se han limitado a tomar distancias: el Partido Socialista recuerda que será un partido de oposición a cualquier Gobierno que no sea el suyo, los socialdemócratas ponen en duda que Mota Pinto consiga el apoyo del Parlamento para formar un Gobierno «políticamente fuerte» y «decidido a introducir cambios efectivos». Los más satisfechos parecen ser los demócratas cristianos, que aseguran que todos los futuros ministros se incluyen en la llamada «mayoría presidencial», excluidos los elementos a quienes el CDS acusó de «simpatizar con el Partido Comunista», es decir, los actuales titulares de Asuntos Exteriores, Trabajo y Asuntos Sociales.

En cambio, parece asegurada la permanencia del actual equipo de Agricultura, duramente criticado por comunistas y socialistas, que, en cambio, recibió el apoyo personal del presidente Eanes para su política de «mano dura» contra las unidades colectivas de producción agrícola. También deberán permanecer en funciones los actuales ministros de Industria, Comercio y Obras Públicas y, tal vez, el secretario de Estado de Información, comandante Joao de Figueiredo. El otro militar del Gabinete Noble da Costa, el coronel Firmino Miguel, de Defensa, será sustituido ya que optó por mantenerse en el ámbito exclusivamente profesional al iniciar un curso de Alto Estado Mayor.

La presencia de Freitas Cruz, que fue director general de Asuntos Políticos del Ministerio de Asuntos Exteriores en el último Gobierno de Marcelo Caetano, entre los «ministrables», hace suponer a la ultraizquierda que el nuevo Gabinete incluye «personalidades del salazarismo».

Ola de huelgas

Entretanto, los empleados de Correos y Telecomunicaciones y los mineros de todo el país han observado ayer una huelga de veinticuatro horas, que registró una gran participación. Los ferroviarios pararon los trenes durante media hora, ayer por la mañana. Las reivindicaciones salariales están en la base del movimiento. A esta acción hay que añadir la huelga nacional de veinticuatro horas organizada para el sábado por el sector de la panificación, y otros paros en preparación por los textiles y de la seguridad social.En Oporto se están organizando también manifestaciones contra el aumento del coste de vida y el corte de créditos a las cooperativas para la construcción de viviendas populares.

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Los sindicatos señalan que en ningún caso las reivindicaciones exceden el techo del 20% autorizado a comienzos del año para compensar la tasa de inflación. A pesar de todo, la Confederación Patronal ve en esta ola huelguista un intento comunista de presión política sobre el Gobierno en formación.

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