Begin: de terrorista a primer ministro
En mayo de 1977, los electores israelíes, decepcionados por el largo Gobierno laborista, llevaban al poder, tras veintinueve años como líder de la oposición, a Menahem Begin.Nacido el 16 de agosto de 1913 en Brest-Litovsk, Begin se adhiere desde su juventud al movimiento sionista BETAR. Tras efectuar estudios de Derecho en la Universidad de Varsovia, la segunda guerra mundial le sorprende en ViIna.
Detenido por las autoridades soviéticas, fue internado en un campo de concentración de Siberia durante los años 1940 y 1941. Puesto en libertad. desembarca en Israel un año más tarde a las ór...
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En mayo de 1977, los electores israelíes, decepcionados por el largo Gobierno laborista, llevaban al poder, tras veintinueve años como líder de la oposición, a Menahem Begin.Nacido el 16 de agosto de 1913 en Brest-Litovsk, Begin se adhiere desde su juventud al movimiento sionista BETAR. Tras efectuar estudios de Derecho en la Universidad de Varsovia, la segunda guerra mundial le sorprende en ViIna.
Detenido por las autoridades soviéticas, fue internado en un campo de concentración de Siberia durante los años 1940 y 1941. Puesto en libertad. desembarca en Israel un año más tarde a las órdenes de los británicos.
En 1943 participa en la fundación del movimiento terrorista Irgun. que se opone no sólo al ocupante británico.de Palestina sino también a los habitantes árabes, e incluso a otra organización de resistencia judía, La Hagana, de objetivos más limitados. En 1947 rechazó el plan de partición de Palestina. aprobado por las Naciones Unidas, que preconizaba el establecimiento de dos Estados, uno árabe y otro judío. Begin abogaba por un Estado israelí sobre ambas orillas del Jordán.
Su llegada al poder despertó serias alarmas Y parecía dificultar cualquier intento de solución pacífica en Oriente Próximo. Defensor a ultranza de los asentamientos judíos en Cisjordania y en Gaza. Begin había llegado a abandonar el Gobierno de unión nacional porque se oponía a la menor retirada en el Sinaí. Sin embargo, estos temores se vieron desmentidos seis meses más tarde con la llegada de Sadat a Jerusalén.