Franceses y alemanes pretenden que España limite sus exportaciones de acero

Franceses y alemanes desean una reducción de exportaciones siderúrgicas españolas al Mercado Común para el próximo año 1979. Por el momento, se intenta en Bruselas un compromiso, a nivel de fabricantes, para determinar nuevos cupos en los capítulos de calibrados y tubos. Se intenta, en definitiva, que un acuerdo directo entre productores facilite el terreno a las administraciones española y comunitaria, en el momento de concretar el contenido del acuerdo siderúrgico para el próximo año.Las negociaciones son difíciles ante las presiones de los fabricantes franceses (calibrados), y alemanes (tub...

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Franceses y alemanes desean una reducción de exportaciones siderúrgicas españolas al Mercado Común para el próximo año 1979. Por el momento, se intenta en Bruselas un compromiso, a nivel de fabricantes, para determinar nuevos cupos en los capítulos de calibrados y tubos. Se intenta, en definitiva, que un acuerdo directo entre productores facilite el terreno a las administraciones española y comunitaria, en el momento de concretar el contenido del acuerdo siderúrgico para el próximo año.Las negociaciones son difíciles ante las presiones de los fabricantes franceses (calibrados), y alemanes (tubos), que pretenden una reducción de ventas españolas a la CEE del orden del 20%. Sus argumentos se basan en operaciones comerciales que rozan precios bajos, que podrían originar, si no hay acuerdo de autolimitación, una serie de procesos de antidumping contra España.

Políticamente, la posición de los fabricantes comunitarios es poco defendible ante sus colegas españoles que aspiran a integrarse en las normas comunitarias de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero), en el contexto de entrada de España al Mercado Común. La réplica, estadísticas en la mano, por parte de los comunitarios, es que las proyecciones del mercado siderúrgico son sombrías. Los efectivos de personal empleado en la siderúrgica de la CEE, entre 1975 y 1977, pasaron de 760.000 a 720.000 personas. Se prevé una pérdida de otros 100.000 a 140.000 puestos de trabajo, de aquí a 1980.

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