Giscard discute hoy en Roma la ampliación de la CEE

La ampliación del Mercado Común estará en el centro de las conversaciones franco-italianas que comienzan hoy en Roma. El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, que será recibido mañana, jueves, por el papa Juan Pablo II, se entrevistará con su homólogo, Sandro Pertini, y con el presidente del Consejo, Andreotti.Las cuestiones europeas dominarán los trabajos de las dos delegaciones en vísperas de un año importante para la Comunidad (ampliación y Parlamento-Europeo), y esto cuando Francia a primeros de 1979 va a hacerse cargo de la presidencia de las instancias de la CEE.

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La ampliación del Mercado Común estará en el centro de las conversaciones franco-italianas que comienzan hoy en Roma. El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, que será recibido mañana, jueves, por el papa Juan Pablo II, se entrevistará con su homólogo, Sandro Pertini, y con el presidente del Consejo, Andreotti.Las cuestiones europeas dominarán los trabajos de las dos delegaciones en vísperas de un año importante para la Comunidad (ampliación y Parlamento-Europeo), y esto cuando Francia a primeros de 1979 va a hacerse cargo de la presidencia de las instancias de la CEE.

Francia e Italia son los dos únicos países mediterráneos que forman parte del Mercado Común (MC). Este hecho, cuando la candidatura de España, Grecia y Portugal domina la actualidad comunitaria confiere una importancia inhabitual a las conversaciones franco-italianas.

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Francia e Italia, favorables a la ampliación de la CEE

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Por añadidura, tras la entrevista que mantuvo ayer el presidente francés con el primer ministro griego, Constantin Caramanlis «la entrada de Grecia en la CEE podría efectuarse a lo largo de 1979», según estimaron ambos dirigentes políticos. Las negociaciones entre Atenas y la CEE parece ser que terminarán en los plazos previstos y no se producirá retraso alguno, como temían los griegos, a causa de las candidaturas de España y Portugal. El apoyo decidido del Gobierno de París, sin embargo, no podría considerarse el único determinante.

En vísperas del viaje a Roma del presidente francés, en París se considera que las entrevistas franco-italianas debieran ser fundamentalmente positivas. Es decir, por lo tocante al problema de la ampliación de la CEE, las posiciones de ambos países son parecidas. Los dos Gobiernos son favorables a la entrada de los tres países mediterráneos, pero a condición de que la ampliación sea complementada con una revisión de la política agrícola común. Francia e Italia serán los dos países más afectados por la competencia de los agrios y vinos españoles.

Otra cuestión que se abordará en Roma: la iniciativa francesa, referente a los tres sages que estudiarían las reformas de funcionamiento de la CEE ampliada a doce miembros. Los italianos no se oponen a la idea de principio, pero hasta la fecha este tema ha, provocado interpretaciones diversas, por falta de clarificación seguramente. Saliendo al paso de algunas versiones, según las cuales Giscard d'Estaing ha «inventado» esta estratagema para retrasar al máximo la adhesión española y así «torear» a la opinión interna, un portavoz del palacio del Elíseo, días pasados, le aseguró a EL PAÍS que «es necesario desmentir de la manera más rotunda semejante interpretación».

El tercer tema europeo presente en las conversaciones romanas será el relativo al proyecto franco-alemán destinado a crear una. zona de estabilidad monetaria en Europa occidental. Italia es favorable al proyecto monetario, pero, aunque menos que los británicos, teme que los mecanismos del sistema dificulten aún más su divisa, ya débil. Los movimientos especulativos, en efecto, se abaten contra las monedas débiles, y por ello, las autoridades de Roma desearían que el funcionamiento del nuevo sistema monetario estipulara una asistencia automática de las monedas fuertes a las débiles en caso de crisis. Esto es lo que los alemanes quieren evitar para no convertir su marco en el «médico» comunitario.

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