Todas las centrales vascas acusan de chantaje a la patronal

Un profundo malestar ha causado en la población laboral de Vizcaya la decisión de la Federación Provincial de Empresarios del Metal (Confederación General de Empresarios de Vizcaya) de suspender de empleo y sueldo durante dos días a los trabajadores que participen en cualquier paro masivo que se lleve a cabo en el sector y sea cual fuere su duración. Las centrales sindicales consultadas por EL PAÍS han calificado tal acuerdo -adoptado por mayoría absoluta- de «chantaje», «coacción» y «provocación» para los trabajadores del metal.

En su escrito la Federación de Empresarios del Metal aleg...

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Un profundo malestar ha causado en la población laboral de Vizcaya la decisión de la Federación Provincial de Empresarios del Metal (Confederación General de Empresarios de Vizcaya) de suspender de empleo y sueldo durante dos días a los trabajadores que participen en cualquier paro masivo que se lleve a cabo en el sector y sea cual fuere su duración. Las centrales sindicales consultadas por EL PAÍS han calificado tal acuerdo -adoptado por mayoría absoluta- de «chantaje», «coacción» y «provocación» para los trabajadores del metal.

En su escrito la Federación de Empresarios del Metal alega como motivos de su decisión la penetración de ciertas centrales para intentar romper la iniciativa privada y su deseo de conservar lo que considera como «principios irrenunciables», tales como la organización del trabajo, plantilla, control de la producción, convenios, que basan en la vigente legislación laboral.La decisión de la patronal del metal de Vizcaya fue adoptada el pasado día 4 en una asamblea general. Parece que la razón que movió a aquélla a aprobar una medida tan drástica es el deseo de que no vuelvan a repetirse paros generalizados como el protagonizado el mes pasado por un alto porcentaje del sector como protesta por el descuelgue de 120 empresas del convenio provincial del metal (que afecta a 4.500 empresas).

La primera reacción se produjo por medio de un comunicado conjunto de las centrales CCOO, UGT y ELA -las tres más fuertes en Euskadi-, que muestran su indignación y sorpresa ante el anuncio de una decisión «arbitraria y peligrosa». Consideran dichos sindicatos que las medidas son desproporcionadas y no observan correspondencia con las acciones que, en defensa de sus intereses, pudieran llevar a cabo los trabajadores.

«El escrito de la Federación Provincial de Empresarios tiene carácter de provocación y amenaza, que refleja que la patronal vizcaína no ha superado todavía hábitos impropios de una democracia.»

Denuncian CCOO, UGT y ELA que esta «intolerable actitud» de la patronal viene precedida por el «premeditado e inexplicable» retraso en la negociación de convenios colectivos de sectores de la misma confederación patronal, algunos de los cuales deberían haber entrado en vigor a partir de enero del presente año.

Para el Sindicato Unitario la medida de la patronal del metal es una «abierta coacción» contra los trabajadores y una amenaza de cara al próximo convenio del metal. Pide que los trabajadores «tomen las medidas necesarias para afrontar la provocación». CNT califica en un comunicado de «terrorismo patronal» la decisión de los empresarios del metal. El sindicato abertzale LAB considera que la actitud de la patronal del metal sienta un «precedente chantajista» para futuras negociaciones.

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