Tribuna:CRÓNICAS PARLAMENTARIAS

El cansancio de los profetas

El Senado tiene ahora mismo una emoción de cuarenta vatios, porque los profetas, los francotiradores y demás delanteros del Alcoyano se están quedando sin pilas. Todo lo demás es consenso, esa cortisona en botijo que reparten los portavoces. Fidel Carazo, con gestoolímpico de tenor de zarzuela, ha hecho mutis y se ha fugado por el escotillón. A Xirinacs se le ven flaquear las piernas. Hasta los santos incendiarios, aquellos dulces pirómanos del verbo, comienzan a dudar y eso que cuentan con que en el más,allá el gran Dios, por ejemplo el famoso Dios de Fidel Carazo, les tiene que premiar tamar...

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El Senado tiene ahora mismo una emoción de cuarenta vatios, porque los profetas, los francotiradores y demás delanteros del Alcoyano se están quedando sin pilas. Todo lo demás es consenso, esa cortisona en botijo que reparten los portavoces. Fidel Carazo, con gestoolímpico de tenor de zarzuela, ha hecho mutis y se ha fugado por el escotillón. A Xirinacs se le ven flaquear las piernas. Hasta los santos incendiarios, aquellos dulces pirómanos del verbo, comienzan a dudar y eso que cuentan con que en el más,allá el gran Dios, por ejemplo el famoso Dios de Fidel Carazo, les tiene que premiar tamario sufrimiento. Imagínense los que vienen a pelo, sólo con la disciplina de voto, la dieta y el bocadillo. El espectáculo ayer consistía en ver cómo caían votos y enmiendas en la papelera. El consenso se las ha llevado todas por delante, como hojas de otoño. Esta es una maquinaria movida sólo con la energía de la última vanidad de algunos oradores.Sobre un rumor de tertulia, los oradores hablaban a los taquígrafos con ese sonido gutural conectado directamente con la historia, una forma como otra de engordar el diario de sesiones. Xirinacs, Villar Arregui, Bandrés y Acenk Galván emitían sonidos sobre policías, detenidos,y acusados, dialogarido con la pared de enfrente, gesticulando de cara al muro. Los taquígrafos, con ese gesto dulce de ciego, punteaban esa especiede lluvia en la era.

Pero el catedrático de biología Isaias Zarazaga logró agitar débilmente el encefalograma plano, aunque para eso se tuvo que disfrazar de extraterrestre, con orejas puntiagudas y aletas verdes en el homoplato. El derecho a la imagen toma una cautela contra la informática y el profesor elaboró un relato donde las escuchas telefónicas quedaron convertidas en tina chapuza hortera de jubilado aburrido. Los niños ciónicos, la propaganda subliminal, las fotografias a través de la pared, la comunicación de cerebro a cerebro sin pasar por los sentidos, ese diluvio magnético que viene, quedó en el ambiente amodorrado como una enmienda electrónica que excitó un poco la imaginación dormida.

Después, Martín Retortillo habló en contra de los tribunales de honor para los militares, pero en esto se levantó el almirante Gamboa y le dio un corte algo intempestivo. Por un momento,se creó un muermo en aquella dulzura y eso fue lo más vistoso de la función. La cannabis consensual ayer por la tarde había colocado a todos los senadores en un viaje planetario, hacia el campo de acuario. Una especie de rebeldía en grupos de a tres funcionaba por los pasillos, pero la hormigonera funcionaba a pleno rendimiento en la salida de portavoces. La sesión arrano en el artículo diecisiete y saltando con suavidad trochas y barrancos siguió hacia el fondo del texto. La noticia es que los profetas se han cansado, se han ladeado en la cuneta y contemplan, con resignación a la apisonadora del consenso que pasa velozmente por el campo de la enseñanza.

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