Begin previene a su Gobierno contra "optimismos prematuros"

El primer ministro Menahem Begin ha encargado, al parecer, a su viceprimer ministro, Igal Ya-din, que prevenga al Consejo de Ministros de Israel «contra todo optimismo prematuro». Así lo ha podido saber EL PAÍS de fuente bien informada en Jerusalén, donde el Gobierno israelí acababa de recibir la primera rendición de cuentas del primer ministro tras el comienzo de la reunión de Camp David. Begin ha hecho saber al presidente Carter que la delegación israelí está dispuesta a continuar las conversaciones sin limitaciones de tiempo.Incluso aunque sea exacto lo anunciado por el portavoz de Bengin, ...

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El primer ministro Menahem Begin ha encargado, al parecer, a su viceprimer ministro, Igal Ya-din, que prevenga al Consejo de Ministros de Israel «contra todo optimismo prematuro». Así lo ha podido saber EL PAÍS de fuente bien informada en Jerusalén, donde el Gobierno israelí acababa de recibir la primera rendición de cuentas del primer ministro tras el comienzo de la reunión de Camp David. Begin ha hecho saber al presidente Carter que la delegación israelí está dispuesta a continuar las conversaciones sin limitaciones de tiempo.Incluso aunque sea exacto lo anunciado por el portavoz de Bengin, Dan Patir, en el sentido de que «la barrera psicológica, entre Begin y el presidente egipcio, Anuar el Sadat, ha sido superada», todo indica que se está todavía lejos de los avances proclamados por la prensa americana.

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Según los observadores políticos de Israel, existen dos elementos que indican que las conversaciones de Camp David continúan estancadas. En primer lugar, hay que constatar el hecho de que las negociaciones se desarrollan, bien a tres, bien mediante reuniones bilaterales Carter-Begin y Carter-Sadat, pero no a través de encuentros directos Begin-Sadat (estos observadores mantienen que una conversación de este tipo, que sólo ha durado quince minutos, no puede ser considerada como una negociación verdadera). En Jerusalén se afirma que en tanto Sadat y Begin no mantengan una entrevista prolongada, la fumata del «cónclave» seguirá siendo negra.

El segundo elemento es la impenetrable niebla que rodea las conversaciones. y la ausencia de todo comunicado que concretice algo. « Si existiese el más mínimo avance real, se sabría inmediatamente», mantienen los citados círculos.

Los egipcios se mostraban más reservados hasta la estrepitosa declaración del jefe del gabinete del ministro de Información, Mursi Saadedin, que también fue portavoz egipcio en las conversaciones egipcio-israelíes en diciembre de 1977 y que cuenta con la confianza del presidente Sadat. Saadedin ha declarado al corresponsal en Washington del periódico israelí Yedioth Aharonoth que «Sadat no abandonará sus iniciativas de paz aunque fracasen las conversaciones de Camp David».

Esta toma de posición de esta personalidad egipcia es muy reveladora si tenemos en cuenta que tanto la prensa egipcia como la norteamericana habían presentado las negociaciones de Camp David como «la reunión de la última oportunidad».

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