Hassan advierte sobre cualquier solución en el Sahara al margen de Marruecos

El rey Hassan II de Marruecos en un discurso que se ha interpretado como una advertencia implícita a los nuevos líderes de Mauritania y como una respuesta a las recientes ofertas de paz del Frente Polisario, declaró el domingo que su régimen «no permitirá que se levanten otras fronteras que las mauritanas al sur de Marruecos».

El monarca marroquí, sin embargo, intentó suavizar sus palabras hacia el régimen mauritano que sustituyó hace un mes, en un incruento golpe de Estado, al del presidente Moktahr Uld Daddali, al señalar que Marruecos «apoyará cualquier solución política que Mauritan...

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El rey Hassan II de Marruecos en un discurso que se ha interpretado como una advertencia implícita a los nuevos líderes de Mauritania y como una respuesta a las recientes ofertas de paz del Frente Polisario, declaró el domingo que su régimen «no permitirá que se levanten otras fronteras que las mauritanas al sur de Marruecos».

El monarca marroquí, sin embargo, intentó suavizar sus palabras hacia el régimen mauritano que sustituyó hace un mes, en un incruento golpe de Estado, al del presidente Moktahr Uld Daddali, al señalar que Marruecos «apoyará cualquier solución política que Mauritania escoja, siempre que ésta no ponga en cuestión la integridad territorial del reino» alauita. Esta declaración se entiende como una referencia clara a la intención marroquí de no renunciar a su anexión del Sahara occidental.Durante las últimas semanas se ha producido una serie de declaraciones de los nuevos líderes mauritanos sobre la posibilidad de iniciar una acercamiento hacia las guerrillas saharauis que permita la búsqueda de un compromiso para poner fin a la guerra en el Sahara. También el presidente francés, Giscard d'Estaing, ha iniciado un proceso de acercamiento a Argelia en el mismo sentido. Una de las últimas manifestaciones de los nuevos dirigentes de Nuakchott se produjo el sábado, en una entrevista doble de sus ministros de Asuntos Exteriores y de Información con John Darton, del diario norteamericano The New York Times. En estas declaraciones, el canciller mauritano, Cheikna O. Mohamed Laghdaf, declaró que «para Mauritania la paz es la prioridad número uno».

Laghdaf, que reveló que hasta la fecha no se ha producido ningún contacto «directo» con los polisarios para negociar esta paz, reconoció, sin embargo, que «no es posible encontrar ninguna solución al conflicto del Sahara sin contar con Marruecos». El ministro añadió que, en caso contrario, «el Polisario siempre sería perseguido por las tropas marroquíes». Se estima que unos 10.000 soldados marroquíes se encuentran estacioriados en Mauritania.

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La misma impresión de que Mauritania y Marruecos, pese al cambio de régimen en Nuakchott, están ligadas por la suerte de las tropas marroquíes presentes en el país sureño, la ofreció el rey Hassan, en el discurso televisado a la nación y que conmemoraba el veinticinco aniversario de «la revolución del rey, y del pueblo».

En su discurso, Hassan II indicó que, por sus contactos personales con los nuevos líderes mauritanos, Nuakchott «tiene la intención de seguir ligada a los acuerdos firmados con Marruecos» y, en este sentide, el rey marroquí afirmó que no tenía constancia de que Mauritania pensaba emprender ninguna acción sin previamente consultarla y coordinarla con Marruecos.

Por su parte, declaró Hassan, « Marruecos respetará los compromisos con Mauritania, sean cuales fueren los cambios habidos en los últimos meses».

El Alto Consejo Militar mauritano-marroquí, una institución conjunta de los Altos Estados Mayores de los dos países, creada precisamente en función de la guerra del Sahara, se reunió hace una semana, un mes después del golpe militar mauritano. Pero, contrariamente a la práctica habitual, no hubo comunicado conjunto al término de la reunión.

Sin información oficial sobre lo tratado, en medios diplomáticos occidentales se ha especulado sobre lo tratado en esta sesión, que algunos círculos calificaron de decisiva sobre los futuros proyectos de paz en la región. El New York Times, en su servicio de noticias, señalaba el sábado que uno de los temas tratados fue la retirada de un contingente de seiscientos soldados marroquíes que, utilizados por el mando de Rabat, podrían cambiar no solamente el tono del nuevo Gobierno mauritano, sino, incluso, sus dirigentes.

A este respecto, el servicio norteamericano de noticias señaló que Marruecos aceptó la petición mauritana para que este contingente fuera retirado de Akjout -a unas tres horas por carretera de la capital mauritana- y trasladado más al norte.

Observadores occidentales creen, en este sentido, que una vez tranquilizadas las reticencias marroquíes sobre giros notables en la política de Nuakchott, los dirigentes marroquíes podrán realizar un mayor acercamiento hacia el Polisario. Por el momento, el nuevo ministro mauritano de Información, Mohamed Yealih Breidellel, declaró al Times neoyorquino, con respecto al cese de las hostilidades contra Mauritania por parte del Polisario, que «pese a esta oferta, nosotros también cambiamos nuestro régimen, luego la pelota está en la otra cancha ahora».

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