Cartas al director

Burocracia

En EL PAIS del día 3 de agosto 1978 publicaban ustedes una carta remitida por el señor Martínez de la Vega en donde exponía que estaba hasta «las mismísimas narices» de aguantar la fronta de desorganizaciones nacionales -en su caso concreto el Ministerio de Comercio- y, hacía un apelamiento a «los padres de la patria» para que se subsanen estos males.Por desgracia, esto es cierto. Y las consecuencias de esta ineficaz y burocrática Administración pública nos las toca pagar a todos los españoles que, por una u otra circunstancia, tenemos que tramitar algo a través de ella.

Yo he estado tr...

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En EL PAIS del día 3 de agosto 1978 publicaban ustedes una carta remitida por el señor Martínez de la Vega en donde exponía que estaba hasta «las mismísimas narices» de aguantar la fronta de desorganizaciones nacionales -en su caso concreto el Ministerio de Comercio- y, hacía un apelamiento a «los padres de la patria» para que se subsanen estos males.Por desgracia, esto es cierto. Y las consecuencias de esta ineficaz y burocrática Administración pública nos las toca pagar a todos los españoles que, por una u otra circunstancia, tenemos que tramitar algo a través de ella.

Yo he estado trabajando diez años en Alemania y considero que este país, al igual que España, es muy burocrático. Ahora bien, con la diferencia que en Alemania la burocracia funciona; aquí, no. Allí, el funcionario está al servicio del público; aquí, no, salvo honrosas excepciones.

A buen seguro que el presupuesto nacional para la Administración pública española es muy elevado -ahí tenemos, por ejemplo, el de la Seguridad Social-, pero no es nada esos presupuestos, con lo que supone los millones de horas de trabajo que se pierden anualmente por falta de organización y eficacia de la misma.

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