El representante de la OLP en Francia, asesinado ayer en su oficina de París

Facciones árabes enemigas continúan enfrentándose de modo sangriento en las calles de París. Ayer, Ezzedine Kallak, representante oficial de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Francia, fue asesinado a tiros, y su adjunto, abatido por una granada.

Poco después del mediodía, la policía francesa arrestó a los dos presuntos culpables del atentado: dos jordanos simpatizantes del Frente árabe de Rechazo, que acusa a Yasser Arafat y al presidente Sadat de «traición». A las 10.20 de la mañana, los autores del atentado entraron armados en el edificio parisiense de la Liga A...

Facciones árabes enemigas continúan enfrentándose de modo sangriento en las calles de París. Ayer, Ezzedine Kallak, representante oficial de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Francia, fue asesinado a tiros, y su adjunto, abatido por una granada.

Poco después del mediodía, la policía francesa arrestó a los dos presuntos culpables del atentado: dos jordanos simpatizantes del Frente árabe de Rechazo, que acusa a Yasser Arafat y al presidente Sadat de «traición». A las 10.20 de la mañana, los autores del atentado entraron armados en el edificio parisiense de la Liga Arabe (bulevar Haussmann, 138), sede, asimismo, en su tercer piso, de la OLP. En forma todavía no esclarecida suficientemente, se inició un tiroteo y estallaron varias granadas.El señor Kallak y su adjunto fueron las primeras víctimas. Cuando menos otros tres heridos sufrieron impactos de bala. La policía francesa redujo a los autores del atentado, iniciando un proceso de interrogatorio.

La muerte ayer del señor Kallak viene a confirmar tales hipótesis. La agencia palestina de Al Fatah acusa a Irak del atentado. Por su parte. un portavoz de la OLP declaró poco después de conocerse el asesinato que «esta acción criminal sólo puede beneficiar a Israel, a las fuerzas reaccionarias árabes y al imperialismo».

Este no es el único incidente registrado en París en los últimos días. El lunes, la embajada de París protagonizó un intento de secuestro pacificado paramilitarmente. El martes, dos jóvenes suryemeníes entraron a tiros en el consulado iraquí de Karachi y fueron abatidos a bayonetazos por la policia.

Las primeras especulaciones respecto al sentido político de esta nueva batalla sangrienta fueron éstas: los autores del atentado pudieron ser miembros del frente árabe del Rechazo, amparado por Bagdad contra el presidente Sadat, y la facción de la OLP que controla Yasser Arafat, acusados violentamente de «traición» y «pactismo contrarrevolucionario».

El Frente del Rachazo niega su responsabilidad

Poco más tarde una voz anónima, declarándose «portavoz del Frente del Rechazo, salió al paso del estas hipótesis, y declaró a France Presse que «el Frente del Rechazo nada tenía que ver con la muerte del representante de la OLP». El mismo y anónimo portavoz dijo que «el Frente de Rechazo, no obstante, ya tenía ayer noticia de que algo iba a ocurrir», agregando. «Ezzedine Kallak también sabia que estaba amenazado». A las cinco de la tarde, reinvindicó el atentado un hasta ahora desconocido «Frente del Rechazo de los árabes palestinos apátridas».

Días pasados, Yasser Arafat, haciendo referencia a la violencia desencadenada tras las diferencias entre facciones palestinas encontradas, comentó que «sí muero víctima de un asesinato, los culpables o instigadores habría que buscarlos en las filas del Frente del Rechazo». El lunes pasado, tres palestinos proclives a la facción de Arafat de la OLP intentaron un secuestro frustrado, también aquí en París, en la embajada de Irak (protectora e instigadora de los palestinos del Frente del Rechazo, y los servicios de seguridad iraquíes desencadenaron un violento baño de sangre intentando ajusticiar a los palestinos en plena calle, matando a un agente de policía francés.

Los observadores coinciden en señalar que las rivalidades que oponen a las dos fracciones palestinas rivales, Frente del Rechazo y OLP, han entrado en una fase de enfrentamiento abierto de consecuencias imprevisibles.