Nuevo paso en el acercamiento París-Argel



El mensaje caluroso que el presidente argelino, coronel Bumedian, le dirigió al presidente francés. Valerv Giscard d'Estaing, con motivo de la celebración de la fiesta nacional Francesa el último día 14, se estima en esta capital como una confirmación del deshielo de las relaciones entre París y Argel. El golpe que puso fin hace diez días al régimen de Uld Daddah en Mauritania ha facilitado el probable comienzo de una cooperación que se degradaba constantemente desde hace tres años.

«La importancia de los intereses que existen entre Argelia y Francian, «una cooperación qu...

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El mensaje caluroso que el presidente argelino, coronel Bumedian, le dirigió al presidente francés. Valerv Giscard d'Estaing, con motivo de la celebración de la fiesta nacional Francesa el último día 14, se estima en esta capital como una confirmación del deshielo de las relaciones entre París y Argel. El golpe que puso fin hace diez días al régimen de Uld Daddah en Mauritania ha facilitado el probable comienzo de una cooperación que se degradaba constantemente desde hace tres años.

«La importancia de los intereses que existen entre Argelia y Francian, «una cooperación que estamos lejos de haber desarrollado conforme a las posibilidades que ofrece» son frases que pertenecen al texto que le envió el presidente argelino al francés.

La semana pasada, tras el golpe mauritano del coronel Salek, el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia, señor Buteflika, conversó durante hora y cuarto con el señor Giscard d'Estaing para concluir ante la prensa que en lo sucesivo, podría hablarse de auténtica «descrispación» entre Argel y París.

Las relaciones entre ambos países no han dejado de ser difíciles, más o menos, según los periódicos, desde que Argelia accedió a la independencia en 1962. El marco jurídico de la cooperación continúa siendo el de los acuerdos de Evian, que tanto París como Argel consideran superado por que ninguna de las dos partes lo ha cumplido. Desde que en 1975 el señor Giscard d´Estaing viajó oficialmente a Argelia, la tensión no ha decrecido entre los dos Gobiernos. El racismo el paro obrero en Francia se han abatido muy particularmente contra los 700.000 emigrantes argelinos que trabajan aquí. Por otra parte, la diplomacia francesa en África, de apoyo a los regímenes moderados, ha chocado con los intereses de Argelia. Y, en este sentido, el conflicto del Sahara occidental ha envenenado más aún las relaciones entre ambas capitales, ya que el polisario, sostenido por Argel, se confronta con Mauritania y Marruecos, apoyados directamente por Francia.

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