La RFA pide a Mobutu que controle a una empresa espacial alemana

El canciller germano federal, Helmut Schmidt, pidió personalmente al presidente Mobutu, de Zaire, que controle estrechamente los experimentos que realiza en la provincia de Shaba la compañía alemana Otrag (Transportes Orbitales y Cohetes). Por su parte, el director técnico de esta discutida compañía manifestó a EL PAIS que entre los territorios que ofrecerían condiciones para instalar una de sus bases, aunque no precisamente los más idóneos, se incluye una zona de la provincia de Huelva. El ingeniero Lutz Kayser anunció también a este diario que en 1981 Zaire se convertirá en el primer país af...

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El canciller germano federal, Helmut Schmidt, pidió personalmente al presidente Mobutu, de Zaire, que controle estrechamente los experimentos que realiza en la provincia de Shaba la compañía alemana Otrag (Transportes Orbitales y Cohetes). Por su parte, el director técnico de esta discutida compañía manifestó a EL PAIS que entre los territorios que ofrecerían condiciones para instalar una de sus bases, aunque no precisamente los más idóneos, se incluye una zona de la provincia de Huelva. El ingeniero Lutz Kayser anunció también a este diario que en 1981 Zaire se convertirá en el primer país africano con una red propia de comunicaciones vía satélite.Según el director de Otrag, sus futuros clientes serán países industriales sin tecnología espacial propia y países de desarrollo, abierto a este tipo de comunicaciones. La empresa de Stuttgart, que abrió recientemente una oficina en París, se propone comercializar el próximo año el alquiler de sus instalaciones a grandes compañías multinacionales y montar nuevas bases de lanzamiento en otros paises. Se han citado los nombres de Indonesia, Argentina y Brasil. Para ello se llevan a cabo negociaciones con «muchos Gobiernos y con grandes compañías transnacionales».

Respecto al destino, con fines militares, de sus cohetes portadores de satélites, el portavoz de Otrag insistió en que no existe tal propósito: «Un cohete puede transportar, claro está, cualquier carga -ha comentado Lutz Kayser-, como un cuchillo de cocina puede servir para preparar los alimentos o para matar, o un camión para transportar armas o cualquier otro tipo de mercancía. Sin embargo, nuestros cohetes baratos no son los más adecuados, porque necesitan varias horas para las operaciones de lanzamiento.»

En cuanto a la comercialización de estos discutidos experimentos, la firma explotadora prevé que las transacciones alcancen el nivel de 35.000 millones de marcos entre 1980 y 1990, lo cual permitirá saldar sin apuros los elevados alquileres que percibe el presidente Mobutu por el arrendamiento del territorio donde ahora se efectúan los experimentos: el acuerdo firmado hace dos años con Záire obliga al pago de 65 millones de marcos anuales por el disfrute de 100.000 kilómetros cuadrados, a orillas del lago Tanganika. Estos experimentos son «observados sistemáticamente por satélites y aviones de reconocimiento soviéticos».

Moscú y varios países africanos han denunciado repetidamente la actividad de la base de la Otrag, como parte de un plan expansivo de tipo neocolon ¡alista. El proyecto técnico procede de un encargo -realizado por el Gobierno federal en 1971. El ministro de Investigación de entonces, -Hans Leussink, pagó seis millones de marcos a la empresa Investigaciones Tecnológicas, SA, por un estudio sobre posibilidades de construcción de un cohete económico destinado a estudios espaciales.

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