ARGENTINA 78

España, la peor selección de la historia

La selección española que vela armas en La Martona, es la peor de cuantas han representado a nuestro fútbol en las fases finales de los campeonatos del mundo. Técnicamente, el conjunto que ha escogido Ladislao Kubala es muy inferior a los que jugaron en 1934 en Italia; 1950, en Brasil; en 1962, en Chile, y 1966, en Inglaterra. Partamos, pues, de esta evidencia antes de examinar lo que puede ser el Mundial, a fin de que no se alimenten vanas ilusiones.No quiero pecar de pesimista, ni trato de hacer política derrotista que es lo primero que se le ocurrirá a algún panegirista oficial. La auténtic...

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La selección española que vela armas en La Martona, es la peor de cuantas han representado a nuestro fútbol en las fases finales de los campeonatos del mundo. Técnicamente, el conjunto que ha escogido Ladislao Kubala es muy inferior a los que jugaron en 1934 en Italia; 1950, en Brasil; en 1962, en Chile, y 1966, en Inglaterra. Partamos, pues, de esta evidencia antes de examinar lo que puede ser el Mundial, a fin de que no se alimenten vanas ilusiones.No quiero pecar de pesimista, ni trato de hacer política derrotista que es lo primero que se le ocurrirá a algún panegirista oficial. La auténtica verdad, es que España no ha llegado a Argentina con un equipo sólido, con un equipo capaz de proporcionar grandes esperanzas Otra cosa muy distinta es que pueda realizar una labor discreta, e incluso por encima de sus posibilidades reales, porque para eso el amor propio ha hecho posible muchas veces el triunfo del débil sobre el fuerte.

En el equipo básico de España en 1934, cuando Italia, que jugaba en casa y acabó ganando el título, tardó tres horas y media en obtener el triunfo y aún con ayuda de los árbitros, estaba formado por hombres como Zamora, Ciriaco, Quincoces, Cilaurren, Muguerza, Fede, Lafuente, Iraragorri, Lángara, Regueiro y Gorostiza. Suplentes eran hombres como Nogués, Zabalo Lecue, Ventolrá, Campanal, Chacho y Bosch. Comparen, con pudor, claro, aquella selección con la actual.

En Brasil, España tuvo jugadores como Ramallets, Alonso, los dos Gonzalvo, Puchades, Basora, Igoa, Zarra, Panizo, Gaínza, Silva Eizaguirre. Sigan ustedes con las odiosas comparaciones. España disputó su tercera fase final en Chile en 1962. Independientemente de que tanto aquí como cuatro años después en Inglaterra, quienes resolvieron mejor las papeletas fueron los más modestos, en el equipo había hombres como éstos: Carmelo, Rivilla, Santamaría, Reija, Segarra, Garay, Del Sol, Eulogio Martínez, Puskas, Suárez, Gento, Collar, Peiró, Vergés y Araquistain.

Unas de las actuaciones menos brillantes de España en los mundiales fue la de 1966 y allí, en Inglaterra, jugaron hombres como Iríbar, Sanchis, Pirri, Zoco, Gallego, Ufarte, Del Sol, Peiró, Suárez, Gento, Amancio, Adelardo, Marcelino, Fusté y Lapetra.

No hace falta insistir en el tema porque está suficientemente claro La selección actual no resiste cotejo alguno con las anteriores. Que como todos recuerdan se repartieron las actuaciones entre los triunfos, las dos primeras, y los fracasos las dos últimas.

La selección nacional ha ido degradándose paulatinamente a medida que los clubs han ido abandonando las canteras al dedicarse a la fácil solución de las importaciones. La cada día más débil infraestructura de el deporte español -cada día más débil comparativamente con el crecimiento de la mayoría de los países- ha incidido también de manera notable en el fútbol, que ha sido hasta la fecha la gallina de los huevos de oro, la gallina que ha incubado a todo el resto de las disciplinas dado que ni el antiguo régimen, ni el presente, han contado al deporte entre los presupuestos.

El fútbol español a nivel internacional solamente cuenta cuando se trata de los clubs. A nivel de selección, por mucho que algunos quieran disimularlo, en los últimos años únicamente se han ganado partidos importantes en el terreno amistoso, a excepción, claro está, del disputado en Belgrado.

La selección española no puede aspirar en Argentina a representar un papel brillante. Si consigue superar la primera ronda habrá estado más que a la altura de las circunstancias. El éxito del fútbol español tiene como meta eliminar a Suecia y Austria. Quienes forman el equipo, con superar el turno inicial ya se habrán hecho acreedores al respeto de los aficionados.

Por lo que respecta a los nombres de los veintidós que han venido, no son toda la cera que arde. En España, con perdón de Kubala, se ha quedado algún cirio de fiesta mayor, aunque desgraciadamente no más allá de tres.

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