Persiste el desacuerdo en la Conferencia del Mar

Un funcionario diplomático de un país occidental, con veinticinco años de carrera, comentaba ayer sábado al mediodía, a EL PAIS, que nunca le había tocado presenciar un espectáculo similar. Su afirmación es perfectamente creíble, al haberse completado ayer el quinto día de reuniones plenarias y de países por grupos regionales, todas éstas de carácter absolutamente privado, pero sin que se haya llegado a un acuerdo para nominar a un nuevo presidente o mantener el actual.

Podría agregarse que con el correr de los días ha decaído la lógica expectación, y el espectáculo de que no...

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Un funcionario diplomático de un país occidental, con veinticinco años de carrera, comentaba ayer sábado al mediodía, a EL PAIS, que nunca le había tocado presenciar un espectáculo similar. Su afirmación es perfectamente creíble, al haberse completado ayer el quinto día de reuniones plenarias y de países por grupos regionales, todas éstas de carácter absolutamente privado, pero sin que se haya llegado a un acuerdo para nominar a un nuevo presidente o mantener el actual.

Podría agregarse que con el correr de los días ha decaído la lógica expectación, y el espectáculo de que nos hablaba el funcionario diplomático tiende a tornarse dramático.El representante de Tanzania, el viernes a última hora, sin decirlo con todas sus letras, hizo ver la esterilidad de la! actuales discusiones y el desembolso inútil en que deben caer los países pobres para mantener sus delegaciones en Ginebra. Para mañana, lunes, están citados nuevamente los grupos regionales, y por la tarde, a las quince horas, está prevista una reunión plenaria, en la que participan más de 2.000 delegados de 158 países, entre los que se encuentran los embajadores permanentes acreditados ante Naciones Unidas en Ginebra.

Después de estos cinco días de reuniones, el problema sigue siendo el mismo. Los países de América Latina continúan manteniendo firme su posición en cuanto a que el actual presidente de la conferencia, Shirley Amerasinghe, debe dejar de serlo, al haberlo destituido el, Gobierno de su país.de suxalidad de delegado de Sri Lanka. Los países occidentales y de Europa oriental no se pronuncian sobre este principio según el cual no puede ocupar la presidencia un ciudadano que no representa a ningún Gobierno, pero coinciden con los latinoamericanos en que cualquier solución que se alcance ,debe ser por consenso.

Por otra parte, los asiáticos y africanos insisten también, sin flexibilidad alguna, en la mantención en la presidencia del ex delegado de Sri Lanka, complicándose aún más las cosas al sostener estos dos grupos regionales que para destituir a Shirley Amerasinghe, será, necesario hacerlo también por consenso.

Ayer se conoció el texto de una propuesta de Jamaica, en nombre del grupo latinoamericano, dirigida a uno de los 31 vicepresidentes de la conferencia, el paquistaní Mahmud Yunus (que ha hecho para estos efectos de presidente interino), en la que expresan que, «dado que el grupo latinoamericano está impaciente por proseguir la labor sustantiva del período de sesiones, propone que, sin perjuicio de la situación de la presidencia, usted, en su calidad de presidente interino, siga adelante con la organización de la labor sustantiva, de modo que los grupos de trabajo o comisiones necesarias -se sostiene en la propuesta- empiecen sin demora los trabajos de la conferencia».

Esta petición, formulada por escrito la noche del viernes, no surtió ningún efecto en la reunión plenaria de ayer, sábado, que finalizó al mediodía.

Por otra parte, se ha sabido, y los hechos lo demuestran, que las gesiones que ha realizado Kurt Waldheim, secretario general de Naciones Unidas, ante el Gobierno de Sri Lanka, para que revoque la media contra Amerasinghe y lo reintegre a su delegación, han resultado hasta ahora un total fracaso.

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