Tribuna:

El suceso de los directivos

El deporte español sigue empeñado en dar más motivos para una crónica de sucesos o de sociedad que para sus propias páginas. Cuando ninguna selección de las que irán al Mundial de Argentina ha tenido mayores problemas para su alojamiento, la española anda todavía, a tres meses del comienzo, entre el timo, la estafa o el engaño. Ahora resulta que los Granados, dueños en principio de la finca La Sofía y luego sólo arrendatarios, también tienen que ver con el posible nuevo alojamiento de La Martona. Sólo le faltaba a la Federación un nuevo trato en falso, entre otras cosas porque Ku...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El deporte español sigue empeñado en dar más motivos para una crónica de sucesos o de sociedad que para sus propias páginas. Cuando ninguna selección de las que irán al Mundial de Argentina ha tenido mayores problemas para su alojamiento, la española anda todavía, a tres meses del comienzo, entre el timo, la estafa o el engaño. Ahora resulta que los Granados, dueños en principio de la finca La Sofía y luego sólo arrendatarios, también tienen que ver con el posible nuevo alojamiento de La Martona. Sólo le faltaba a la Federación un nuevo trato en falso, entre otras cosas porque Kubala no viaja a Argentina para cerrarlo. Biosca, su ayudante, puede ver perfectamente si La Martona sirve o no, pero ante ocasiones así o partidos de los siguientes rivales de España a los que tampoco ha ido, cabe preguntarse. ¿Qué cosas hace el seleccionador más importantes que éstas? Para el partido con Noruega faltan casi veinte días y por ir tres a Buenos no iba a trastocarse nada. Por otro lado conviene decir unas líneas sobre la dimisión del presidente del Jurado, García de la Fuente, Más de una vez ha quedado escrito que su gran virtud ha sido el trabajo, pero su gran defecto la vanidad. En la carta dirigida a Benito Castejón, vuelve a agobiar con esta última queriendo salir por la puerta grande de los «deseados». Es bien triste que el deporte en este país tenga que pagar facturas a hombres vanidosos, a su valor personal para levantar en este caso las artes marciales -y sus propias relaciones públicas, con multitud de cargos internacionales- pero no a un sistema.

El grave problema de la falta de directivos en el deporte español no es sólo en sus altos mandos. Cuando en las últimas elecciones fueron reelegidos una gran mayoría de presidentes de federaciones, algunos como García de la Fuente, ya muy criticados, por algo sería. Quizá el tema es aún más grave. Ni hay directivos, ni deportistas con claridad de ideas para saber lo que quieren al votar. Por eso mandan las crónicas de sucesos.

Archivado En