Cartas al director

Autonomías sin extremismos

He tenido el honor y la satisfacción de participar, con toda la familia, en la extraordinaria manifestación pro autonomía realizada en Valladolid el pasado domingo.El movimiento autonomista, en contra de lo que algunos creen, no es sólo español. Se está produciendo en Europa entera y es la respuesta a los Gobiernos con tendencia cada vez más centralistas. Y si esto se produce en países democráticos, con mayor razón en el nuestro, donde una feroz dictadura ha llevado a la más negra miseria a las regiones «calladas» para enriquecer a las que «gritan».

La autonomía es un movimiento natural...

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He tenido el honor y la satisfacción de participar, con toda la familia, en la extraordinaria manifestación pro autonomía realizada en Valladolid el pasado domingo.El movimiento autonomista, en contra de lo que algunos creen, no es sólo español. Se está produciendo en Europa entera y es la respuesta a los Gobiernos con tendencia cada vez más centralistas. Y si esto se produce en países democráticos, con mayor razón en el nuestro, donde una feroz dictadura ha llevado a la más negra miseria a las regiones «calladas» para enriquecer a las que «gritan».

La autonomía es un movimiento natural, lógico, creativo y práctico. Tiene el peligro, como en todas las realizaciones humanas, de los extremismos: el separatismo y el cantonalismo. Ambos sólo favorecen a unos pocos en detrimento de la mayoría. Por eso me parece que los que defienden uno u otro o tienen intereses propios o no ven más allá de sus propias narices. Así, las pretendidas separaciones de Cantabria y Rioja, y aún peor la de León, sólo servirían para crear regiones pequeñas e indefensas económicamente.

A propósito. El domingo, el pueblo de Valladolid dio un rotundo suspenso a los parlamentarios castellano-leoneses, que tan poco y tan mal se han ocupado de nuestra autonomía.

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