Desencanto en la Conferencia de Belgrado

La Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), cuya sede fue visitada ayer por Marcelino Oreja, se dispone a dar por concluidos sus trabajos en Belgrado mediante la redacción de un «documento final» en el que no se recogerá el 98% de las propuestas presentadas durante los últimos cinco meses por los 35 países signatarios del acta de Helsinki.En esencia, este «documento final», cuya redacción definitiva se inició ayer, sólo expresa la voluntad de seguir dialogando en Madrid en noviembre de 1980, y prevé la creación de tres comisiones de expertos, que deberán estudiar, en forma muy ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), cuya sede fue visitada ayer por Marcelino Oreja, se dispone a dar por concluidos sus trabajos en Belgrado mediante la redacción de un «documento final» en el que no se recogerá el 98% de las propuestas presentadas durante los últimos cinco meses por los 35 países signatarios del acta de Helsinki.En esencia, este «documento final», cuya redacción definitiva se inició ayer, sólo expresa la voluntad de seguir dialogando en Madrid en noviembre de 1980, y prevé la creación de tres comisiones de expertos, que deberán estudiar, en forma muy general, la colaboración científica, el desarme y algunos problemas del Mediterráneo. Rumanía, Malta y Yugoslavia aún siguen objetando el contenido del «documento», que no pasa de ser un simple comunicado, pero se espera que en las próximas horas acepten el texto con algunas modificaciones insustanciales.

Durante su visita a la sede de la Conferencia, el señor Oreja anunció además que en sus contactos de ayer y anteayer con los funcionarios yugoslavos cambió «impresiones» sobre la posibilidad de realizar una «conferencia del Mediterráneo» al margen de la CSCE. «Es difícil, en las circunstancias actuales -señaló-, llegar a resultados concretos en un debate general sobre la zona.»

Las objeciones de Malta al «documento» que se está preparando se refieren, precisamente, a las facultades de la comisión de expertos que habrá de examinar los problemas de la región. De acuerdo con la propuesta danesa sobre la que se está elaborando el texto del comunicado final, esas facultades serán muy limitadas e imprecisas. En la comisión no podrán, además, participar como miembros de pleno derecho los países africanos ribereños del Mediterráneo. Todo esto contradice, no sólo la posición de Malta, sino también la de España. Pero las naciones de la OTAN y Estados Unidos ya han anunciado que si Malta no acepta el «documento» no habrá, sencillamente, comisión del Mediterráneo.

El embajador español, Juan Luis Pan de Soraluce, regresará hoy a Madrid. Su discurso de clausura, que deberá presentar en la Conferencia su delegación dentro de unos días, ya ha sido redactado y reflejará la contrariedad de España por la falta de resultados concretos

Desde el punto de vista estrictamente diplomático, España parece ser una de las pocas naciones presentes en Belgrado que ha conseguido ganar algo en medio de este fracaso. No sólo ha logrado que la próxima CSCE se lleve a cabo en Madrid, sino también que sus 34 partenaires adopten el «libro amarillo», de procedimientos, preparado por la delegación hispana

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En