Ofensiva de los alcaldes vascos para urgir la celebración de las municipales

Con la convocatoria de una manifestación a celebrarse el próximo día 10, en Bilbao, el grupo de alcaldes vascos -conocido como el grupo de Vergara- inicia lo que pudiera considerarse una ofensiva pacífica para urgir al Gobierno a la convocatoria urgente de elecciones municipales. En caso de que éste no realizara la convocatoria para el mes de junio, como plazo máximo, los alcaldes vascos están dispuestos a convocar por su cuenta, en sus pueblos, elecciones municipales amparándose en las vigentes leyes del régimen franquista.

Treinta y seis alcaldes vascos se reunieron ayer en el Ayu...

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Con la convocatoria de una manifestación a celebrarse el próximo día 10, en Bilbao, el grupo de alcaldes vascos -conocido como el grupo de Vergara- inicia lo que pudiera considerarse una ofensiva pacífica para urgir al Gobierno a la convocatoria urgente de elecciones municipales. En caso de que éste no realizara la convocatoria para el mes de junio, como plazo máximo, los alcaldes vascos están dispuestos a convocar por su cuenta, en sus pueblos, elecciones municipales amparándose en las vigentes leyes del régimen franquista.

Treinta y seis alcaldes vascos se reunieron ayer en el Ayuntamiento de Vergara (Guipúzcoa) para estudiar la situación creada en Euskadi, y concretamente en sus municipios respectivos, ante el retraso en la convocatoria de elecciones municipales.El alcalde de Vergara, José Luis Elcoro, hizo, en primer lugar, un resumen de las gestiones baldías que a lo largo de un mes se han realizado para que el presidente Suárez les recibiera. Los alcaldes estudiaron la posibilidad de una dimisión en bloque, desechándose finalmente esta vía por considerar que manteniéndose en sus puestos y llevando a cabo actuaciones de fuerza pueden lograr una mayor presión en la campaña que realizan.

Estas actuaciones de fuerza quedaron materializadas en una serie de acuerdos adoptados por mayoría. El primero de ellos se refiere a la convocatoria de una manifestación a celebrar en Bilbao, el viernes día 10. Dicha manifestación se iniciaría en la plaza de Zabalburu, para concluir frente a la Diputación de Vizcaya, donde, probablemente, se llevará a cabo un acto público con intervenciones desde el balcón del edificio. Representantes del grupo de alcaldes se entrevistaron días pasados en Bilbao con el presidente de la Diputación de Vizcaya, señor Amorrortu -que pertenecía al grupo de Vergara en su condición de alcalde de Durango-, quien prometió su apoyo a la manifestación.

Asimismo, representantes del grupo de Vergara se entrevistaron la semana pasada, en la capital vizcaína, con dirigentes del PNV, mesa de Alsasua, (ANV, ESB, HASI y LAIA), y ElA, cubriendo así todo el abanico abertzale para recabar su apoyo, que parece garantizado. No obstante, mañana mismo se entrevistarán representantes del grupo de alcaldes con todos los partidos políticos vascos para pedirles su adhesión a la iniciativa. Caso de resultar positiva, en cabeza de la manifestación marcharán, junto al grupo de alcaldes, representantes de todos los partidos políticos que apoyan la movilización. A cada partido se le permitirá portar una sola pancarta, del tamaño que deseen.

Los alcaldes vascos anunciaron ayer en Vergara que la manifestación del día 10, de contar con el apoyo de las fuerzas vascas, se llevará a cabo con autorización gubernativa o sin ella.

En la reunión de Vergara, los alcaldes vascos acordaron también que en caso de que esta movilización no tenga respuesta de Madrid, se llevarán a cabo, posteriormente, manifestaciones en los pueblos regidos por los alcaldes del grupo, que encabezarían las movilizaciones con el pleno corporativo.

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Asimismo, el acuerdo del grupo de Vergara prevé que si el Gobierno no convoca elecciones municipales para el mes de junio, ellos mismos las convocarían en sus respectivos pueblos, al amparo de la legalidad de las actuales leyes heredadas del franquismo.

«Estamos dispuestos a ir hasta el final. Sabemos que llegado este caso, el Gobierno prohibirá este tipo de elecciones, pero aún así las realizaremos, porque pensamos que, en cualquier caso, reflejarían el consenso popular. Consideramos nuestra decisión como un acto de rebeldía legal.»

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