"Base de convergencia" entre Andreotti y los sindicatos

El primer ministro, Giulio Andreotti, conversó ayer con los representantes de los sindicatos (el comunista Luciano Lama, de la socialcomunista Confederación General del Trabajo (CGIL); Luigi Macario, de la CISL, de mayoría democristiana, y Giorgio Benvenuto, de la UIL, republicana y socialdemocrática). Tras el encuentro Andreotti se ha mostrado optimista, y declaró que «a pesar de las naturales diferencias de opiniones en puntos importantes, existe una base muy amplia de convergencia sobre lo que puede ser una acción de gobierno.Desde que el pasado día 16 se inició la crisis de gobierno, no s...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El primer ministro, Giulio Andreotti, conversó ayer con los representantes de los sindicatos (el comunista Luciano Lama, de la socialcomunista Confederación General del Trabajo (CGIL); Luigi Macario, de la CISL, de mayoría democristiana, y Giorgio Benvenuto, de la UIL, republicana y socialdemocrática). Tras el encuentro Andreotti se ha mostrado optimista, y declaró que «a pesar de las naturales diferencias de opiniones en puntos importantes, existe una base muy amplia de convergencia sobre lo que puede ser una acción de gobierno.Desde que el pasado día 16 se inició la crisis de gobierno, no se ve todavía cuál será su desenlace y cómo cristalizará en un Gabinete esa acción de gobierno». Andreotti se ha limitado a darle una cierta perspectiva: «He tratado -dijo- de ver cómo se puede afrontar concretamente la situación de emergencia "encuadrando" el programa económico para este año en una visión que abarque los años venideros. »

Los sindicalistas, por su parte, no se han presentado en forma menos cauta y lacónica. Lama, cuya entrevista con el diario La Reppública es interpretada como un cambio de su filosofía política (como «traición» por la extrema izquierda, y como una «bomba» por la burguesía capitalista), sólo dijo que «por ahora no se pueden adelantar juicios». Benvenuto, de la UIL, declaró que «el programa de los sindicatos no ha sido concebido en función política, por lo que tendrá que ser examinado por esté u otro Gobierno». Macario cree que no se ha logrado que «el patronato asuma compromisos precisos», mientras se pretende embridar al sindicato. «Es necesario un programa que corresponda a la situación de emergencia y que no se recurra a las elecciones anticipadas», insistió Carniti, de la CISL.

El programa para «un nuevo orden económico y social» propuesto a Andreotti fue elaborado por los sindicatos el 13 de enero. Piden un Gobierno de «gran unidad nacional», para poder superar la crisis. Y este es el problema de fondo, en este momento, más que sus diferencias respecto del proyecto elaborado por los partidos y del que propone Andreotti. Hoy se reunirá la dirección de la CGIL a petición de su secretario general, el socialista Verzelli, para pedir cuentas a Lama sobre su conversión al liberalismo o a la «lógica capitalista». Dado que el 85 % de los afiliados a la CGIL son comunistas, es muy difícil que esta rendición de cuentas se convierta en un proceso a Lama. De todas formas, en la izquierda de la CGIL siguen protestando los grupos socialistas más inquietos, y también la extrema izquierda de Il Manifesto y Lutia Continua.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En