Estados Unidos califica de grave la situación en Oriente Próximo

Mientras Cyrus Vance desarrollaba en Jerusalén una intensa actividad, destinada a conseguir la continuación de las conversaciones egipcio-israelíes, en la capital federal norteamericana se calificaba de grave la situación creada por la retirada de la delegación egipcia, pero se insistía en que este acto no supone la ruptura de las conversaciones de paz.El presidente Jimmy Carter habló telefónicamente con el líder egipcio, Anuar el Sadat, en la noche del miércoles y, al decir de la prensa estadounidense, su intervención fue de gran importancia para que la reunión del comité militar egipcio-isra...

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Mientras Cyrus Vance desarrollaba en Jerusalén una intensa actividad, destinada a conseguir la continuación de las conversaciones egipcio-israelíes, en la capital federal norteamericana se calificaba de grave la situación creada por la retirada de la delegación egipcia, pero se insistía en que este acto no supone la ruptura de las conversaciones de paz.El presidente Jimmy Carter habló telefónicamente con el líder egipcio, Anuar el Sadat, en la noche del miércoles y, al decir de la prensa estadounidense, su intervención fue de gran importancia para que la reunión del comité militar egipcio-israelí, prevista para hoy y aplazada al sábado, en El Cairo, continúe adelante. Cyrus Vance también telefoneó a Sadat desde Jerusalén, pero desarrolló esencialmente sus gestiones en el lado israelí, mediante entrevistas con Begin y su ministro de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan.

El portavoz del Departamento de Estado se negó ayer a hacer comentarios sobre el desarrollo de los acontecimientos en el Próximo Oriente, pero aseguró que Cyrus Vance continuará con su programa previsto, es decir, que viajará a El Cairo, hoy viernes, para entrevistarse con Sadat.

Los observadores políticos coinciden en señalar que la decisión egipcia pilló por sorpresa a los norteamericanos, y que el secretario de Estado ha visto perdida la utilidad de su viaje a Jerusalén, después de que amenazara con suspenderlo a finales de la semana pasada si egipcios e israelíes no llegaban a un acuerdo sobre el temario de la agenda de trabajo.

En cualquier caso, casi nadie cree en Norteamérica que haya sido el desafortunado brindis de Begin, en el que comparó a los palestinos con los nazis, la causa principal de la inesperada decisión del presidente egipcio.

Las especulaciones se centran ahora sobre una próxima visita de Sadat a Norteamérica, que podría tener como pretexto las invitaciones hechas al líder egipcio por la Universidad de Harvard y otras instituciones, pero tal visita no fue confirmada ayer por el portavoz de la Secretaría de Estado. Los funcionarios norteamericanos insisten en advertir a la prensa que no exagere las consecuencias de la retirada de la delegación egipcia y en señalar que tal acción no supone, en modo alguno, el fin del proceso negociador, sino que éste será largo y complejo.

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