Cartas al director

El Gobierno no decide la enseñanza

No pude ir, como tenía previsto, a la concentración organizada por diversas asociaciones en el Palacio de los Deportes pidiendo libertad de enseñanza.Por eso, desde estas líneas quiero adherirme a ellos, ya que considero inviolable el derecho de los padres a elegir el colegio de sus hijos.

Creo que en estos momentos en que la mayoría estamos pidiendo que en la futura Constitución queden declaradas una serie de libertades legítimas, no podemos por menos de pedir la libertad de enseñanza. Pero queremos una libertad real, una libertad para todos los padres, empezando por los económi...

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No pude ir, como tenía previsto, a la concentración organizada por diversas asociaciones en el Palacio de los Deportes pidiendo libertad de enseñanza.Por eso, desde estas líneas quiero adherirme a ellos, ya que considero inviolable el derecho de los padres a elegir el colegio de sus hijos.

Creo que en estos momentos en que la mayoría estamos pidiendo que en la futura Constitución queden declaradas una serie de libertades legítimas, no podemos por menos de pedir la libertad de enseñanza. Pero queremos una libertad real, una libertad para todos los padres, empezando por los económicamente débiles. No hay derecho que se abogue porque la enseñanza privada «se pague» porque así sólo podrá disfrutar de ella quien pueda pagarlo. ¿No sería más justo dedicar parte de los impuestos que todos pagamos a este campo de la educación? Quien más tenga, más pague, y así, los que no puedan por sus propios recursos elegir la educación que quieran para sus hijos podrán disfrutar (mejor diría ejercer un derecho) de elegir en este campo lo que crean más conveniente.

La solución de «unificar» la enseñanza nos llevará a poner en manos del Estado (¡o del Gobierno!) el futuro de nuestros hijos, así como su formación cultural, intelectual, moral y ¿religiosa? (dudo que la diesen) y ellos no son quiénes para decidir lo que quieren que sean los ciudadanos. Mientras no se demuestre lo contrario, quien engendran son el padre y la madre, no el Estado o el Gobierno.

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