Los precios agrícolas de la CEE subirán un 2% la Próxima campaña

Finn Olav Gundelach, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la política agrícola, presentó ayer a la prensa las propuestas de la Comisión para los precios agrícolas de la campaña 1978-79, cuyo aumento medio será del 2 %, y una serie de medidas destinadas al desarrollo de las producciones mediterráneas del agro comunitario.

Francia e Italia pidieron a la CEE ayudas para sus regiones agrícolas mediterráneas, que son las más retrasadas de la CEE y las que sufrirán el mayor impacto por la entrada de nuevos Estados miembros (Grecia, Portugal y España). Roma llegó incluso a pedir ...

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Finn Olav Gundelach, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la política agrícola, presentó ayer a la prensa las propuestas de la Comisión para los precios agrícolas de la campaña 1978-79, cuyo aumento medio será del 2 %, y una serie de medidas destinadas al desarrollo de las producciones mediterráneas del agro comunitario.

Francia e Italia pidieron a la CEE ayudas para sus regiones agrícolas mediterráneas, que son las más retrasadas de la CEE y las que sufrirán el mayor impacto por la entrada de nuevos Estados miembros (Grecia, Portugal y España). Roma llegó incluso a pedir frenar toda nueva concesión agrícola a países terceros, hasta que no se aprueben definitivamente, por parte del Consejo de Ministros, las medidas propuestas por la Comisión.« La dimensión de las explotaciones, la poca Productividad y los bajos salarios son las principales características de las zonas Agrícolas del sur de Europa», declaró Gundelach. Las medidas que hoy propone son de dos tipos: la primera de política de mercado, con ayudas directas a ciertas producciones, y la segunda de reforma de estructuras.

La primera tiene efectos a corto plazo -lo que siempre puede ser útil en campaña electoral, en un país como Francia- y la segunda pretende ir al fondo del problema, con la reforma estructural.

En política de mercado se propone, para el aceite de oliva, ayudas a la producción, estímulo para el consumo, subvenciones para los refinadores y apoyo a las agrupaciones de productores. En frutos y legumbres, la posibilidad de ayudas nacionales y mayor protección ante importaciones originarias de países terceros. En frutos y legumbres transformados, ayudas a la producción de conservas de tomates, melocotones, albaricoques y ciruelas. En vino, al margen de la política de estructuras, ayuda para formación de cooperativas y protección ante el exterior.

En política de estructuras, la CEE destinará más de mil millones de unidades de cuenta CEE, en cinco años (unos 100.000 millones de pesetas) para mejorar las estructuras agrícolas del Mezzogiorno italiano y del Languedoc-Roussillon francés, con programas de irrigación, construcción de carreteras, desarrollo de industrias conserveras, reconversión de viñedos hacia otras producciones agrarias, repoblación forestal, creación de industrias adaptadas al sector agrícola.

Además de las medidas específicamente agrícolas, la Comisión propone, con carácter de medidas regionales y sociales, la canalización de aguas para evitar inundaciones periódicas que afecten al campo, la protección del agro contra la degradación turística y programas de información sobre la rentabilidad de las empresas agrarias.

¿Podrían aplicarse dichas medidas en las zonas mediterráneas de los Estados candidatos y, concretamente, en el caso español?, preguntó EL PAIS a Gundelach.

«Los problemas del agro mediterráneo comunitario existían antes de hablar de ampliación. Por el momento toca a cada Estado candidato decidir su propia política agrícola. Es lógico que, como futuros miembros, se traten disciplinas que deberán aceptar en el momento en que ingresen», declaró el vicepresidente de la Comisión Europea.

Es probable que Italia ponga algunas reservas solicitando ayudas suplementarias para otras producciones, en el momento en que el dossier pase a nivel de Consejo de Ministros.

Este entusiasmo será frenado por la RF de Alemania que, a pesar de reconocer el desequilibrio entre la agricultura del norte y la del sur de Europa, no le hará ninguna gracia cargar con gastos suplementarios al presupuesto agrícola de la CEE.

En todo caso es un paso destinado a suavizar la postura italiana, ante las candidaturas de Grecia, Portugal y España

Incidencia sobre la agricultura española

En el caso de que los países comunitarios aceptasen la propuesta de la Comisión de aumentar los precios agrícolas en una media del 2 %, la posición exportadora de la agricultura española de cara a la CEE quedaría bastante debilitada.

Para la próxima campaña, el Gobierno español ha decidido adoptar la fórmula conjunta comunitaria para fijar los precios de los productos agrarios. Todo parece indicar que la elevación media de los dieciséis productos que entrarán en valoración conjunta oscilará entre un 15 y un 20%, con lo que los precios agrarios españoles se acercarán sensiblemente a los de la CEE, con lo que ello conlleva de pérdida de competitividad frente a productos de otras zonas que, como la norteamericana, son importantes competidores para los productos agrícolas españoles. Este desequilibrio muy bien podría inclinar la balanza comunitaria hacia países como Marruecos e Israel.

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