El viaje del presidente egipcio a Jerusalén

Begin garantizará a Sadat que su visita a Israel sea un "éxito limitado"

El primer ministro israelí, Menahem Begin, se entrevistó ayer, horas antes de la llegada del presidente egipcio, Sadat, con Yigal Allon, ex ministro de Asuntos Exteriores, a fin de elaborar una plataforma común y poder presentarse a su interlocutor árabe no sólo en nombre de la coalición gubernamental (77 diputados), sino beneficiándose también del apoyo de la oposición laborista, lo que le aseguraría los votos de 110 de los 120 diputados de la Knesset.

Aunque no existe, todavía, un Gobierno de Unión Nacional, los principales partidos israelíes parecen dispuestos a presentar un frente ...

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El primer ministro israelí, Menahem Begin, se entrevistó ayer, horas antes de la llegada del presidente egipcio, Sadat, con Yigal Allon, ex ministro de Asuntos Exteriores, a fin de elaborar una plataforma común y poder presentarse a su interlocutor árabe no sólo en nombre de la coalición gubernamental (77 diputados), sino beneficiándose también del apoyo de la oposición laborista, lo que le aseguraría los votos de 110 de los 120 diputados de la Knesset.

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Aunque no existe, todavía, un Gobierno de Unión Nacional, los principales partidos israelíes parecen dispuestos a presentar un frente común frente a Sadat. Se espera, pues, que el discurso que pronunciará el domingo por la tarde Simón Peres, líder de la oposición laborista, no sea muy diferente del que efectuará Begin en respuesta a la alocución de Sadat.«Es preciso que Israel prepare proposiciones concretas que representen alternativas constructivas a las ideas y exigencias que serán formuladas por el presidente egipcio y cuyas grandes líneas ya conocemos (evacuación de territorios, fronteras defendibles y problema palestino)", declaró ayer el viceprimer ministro Yigal Yadin. Y añadió: « Hay que dar pruebas de imaginación y audacia políticas.»

Yadin ha desarrollado esta tesis frente a las miradas recelosas de los ministros del Likud, irritados al comprobar que estos «reacién llegados» (el partido Dash, dirigido por Yadin, se unió a la coalición hace sólo un mes) tratan de inmiscuirse en los asuntos reservados al jefe, Menahem Begin.

Los observadores israelíes señalan, a este respecto, que Yadin no tiene exactamente una política alternativa que proponer, y que si ha provocado este mini-escándalo en el Consejo de Ministros urgente del viernes fue, sobre todo, para protestar contra el hecho de que, a pesar de su cargo de viceprimer ministro, fue prácticamente ignorado por el tandem Begín-Dayan en la ela boración de la estrategia a seguir frente a Sadat.

Sin embargo, Begin sabe que no bastará oponer al discurso de Sadat frente a la Knesset una brillante exposición polémica. Menahem Begin no ignora que el presidente egipcio debe «conseguir» algo de su visita a Jerusalén.

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Variantes para todo

Así, Begin y Dayan han puesto a punto diversas variantes de contrapropuestas israelíes que puedan asegurar, aunque sea únicamente un «éxito limitado» al presidente egipcio, según supo este corresponsal de fuente segura en Jerusalén.

1. Si Sadat acepta concluir una paz separada con Israel, Begín está dispuesto a evacuar todo el Sinaí, incluido Sharm el-Sheikh, a condición de que los territorios evacuados por Israel sean desmilitarizados, y que esta desmilitarización sea controlada por patrullas mixtas egipcio-israelíes.

2. Sadat no está dispuesto a firmar una paz separada con Israel, pero acepta la idea de un acuerdo de no beligerancia. En ese caso, Israel estaría dispuesto a devolver Sharín el-Sheikh a la soberanía egipcia si Sadat acepta alquilar esta posición estratégica a Israel por un período de veinte a veinticinco años. Al final del contrato, el alquiler podría ser prorrogado o se podría convertir el acuerdo de no beligerancia en un tratado de paz, según el cual los israelíes abandonarían, definitivamente Sharm el-Shaikh. En el marco del acuerdo de no beligerancia, Israel evacuaría otra parte del Sinaí.

3. Sadat rehúsa, incluso, un acuerdo de no beligerancia y continúa insistiendo en la negociación de un acuerdo global. Begin no rechazaría las propuestas egipcias «sean cual sean» pero respondería diciendo que debe consultar a su Gobierno. Las contrapropuestas israelíes serían entonces llevadas personalmente por Begin a Sadat con ocasión de la visita del primer ministro israelí, a El Cairo, una semana o dos después.

Lo esencial para el Gobierno israelí es no cortar el contacto y mantener abierto el canal de la negociación directa egipcio-israelí. Con este objetivo, Begin propondrá establecer, desde ya, una línea, telefónica directa entre Jerusalén y El Cairo (semejante al teléfono rojo que une Moscú a Washington) a fin de poder comunicar inmediatamente en caso de urgencia.

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