Se extienden los paros en los ferrocarriles argentinos

El paro de los trabajadores ferroviarios argentinos se extendió ayer, en tanto que fuerzas militares y policiales se hacían cargo del funcionamiento de las líneas subterráneas del gran Buenos Aires.Tras sucesivas reincorporaciones y paros, desde el pasado viernes, los trabajadores de los ferrocarriles decidieron, el miércoles, ir a la huelga definitiva tras el fracaso de las negociaciones entre sus dirigentes y las autoridades, al tenerse conocimiento de los primeros despidos de huelguistas.

Ayer, las líneas ferroviarias del noroeste y el suroeste, ferrocarriles Mitre y Sarmiento, respe...

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El paro de los trabajadores ferroviarios argentinos se extendió ayer, en tanto que fuerzas militares y policiales se hacían cargo del funcionamiento de las líneas subterráneas del gran Buenos Aires.Tras sucesivas reincorporaciones y paros, desde el pasado viernes, los trabajadores de los ferrocarriles decidieron, el miércoles, ir a la huelga definitiva tras el fracaso de las negociaciones entre sus dirigentes y las autoridades, al tenerse conocimiento de los primeros despidos de huelguistas.

Ayer, las líneas ferroviarias del noroeste y el suroeste, ferrocarriles Mitre y Sarmiento, respectivamente, quedaron totalmente paralizadas.

Las negociaciones entre huelguistas y autoridades quedaron paralizadas como consecuencia de la intransigencia de ambas partes en no modificar sus posturas en relación con la reivindicación salarial, causa de la huelga. Mientras los obreros reclaman un aumento del 80 % en su salario, las autoridades están sólo dispuestas a conceder el 43.

Al comenzar el paro, el Gobierno dirigió varias amenazas a los huelguistas, que cuajaron, el pasado miércoles, en una orden del ministro de Economía, por la que entró en vigor la ley de seguridad social, dictada por la Junta Militar contra los trabajadores que rechacen las ofertas oficiales y continúen en paro. Dicha ley prevé penas que van desde el despido sin indemnización hasta condena de diez años de cárcel. Precisamente, la empresa estatal de ferrocarriles comenzó a enviar cartas de despido inmediatamente después de la entrada en vigor de la ley.

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