Veinte mil personas, sin servicio médico de urgencia

Un gran número de personas residentes en el barrio de La Fortuna, en Leganés, se manifestaron ayer, a las doce de la mañana, en protesta por las condiciones de vida del mismo, que ellos califican como totalmente deficientes e inseguras para su salud.La protesta abarca un abanico muy amplio de reivindicaciones, pero se centra particularmente en la sanidad, ya que la falta de equipamiento en este punto atenta contra la integridad de los 20.000 vecinos que habitan allí. En las numerosas pancartas de los manifestantes, se hacía hincapié en la apertura de un servicio de urgencia dotado con los medi...

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Un gran número de personas residentes en el barrio de La Fortuna, en Leganés, se manifestaron ayer, a las doce de la mañana, en protesta por las condiciones de vida del mismo, que ellos califican como totalmente deficientes e inseguras para su salud.La protesta abarca un abanico muy amplio de reivindicaciones, pero se centra particularmente en la sanidad, ya que la falta de equipamiento en este punto atenta contra la integridad de los 20.000 vecinos que habitan allí. En las numerosas pancartas de los manifestantes, se hacía hincapié en la apertura de un servicio de urgencia dotado con los medios mínimos, como son un médico, un practicante y una ambulancia. Actualmente en el barrio existe un ambulatorio que cierra sus puertas a las dos y media de la tarde. A partir de esa hora, hay que desplazarse a Leganés o a Madrid.

La situación se agrava considerablemente por la inexistencia de una línea de autobuses Leganés-La Fortuna. Aunque administrativamente el segundo es un barrio de Leganés, situado a unos cinco kilómetros del núcleo del pueblo, no existe medio de comunicación entre ambos. Hay que recurrir a tomar el autobús hasta Carabanchel y allí coger otro a Leganés, o viceversa.

En el capítulo de la sanidad, los vecinos incluyen la situación del arroyo Butarque, verdadera cloaca al aire libre que recoge todas las aguas residuales de la zona. En sus márgenes se han instalado varias familias gitanas dedicadas a la trapería, que queman sus basuras allí mismo.

El panorama sanitario lo completa el sistema de alcantarillado, muy deficiente en su construcción, y que vierte al aire libre a pocos metros de las casas en el mismo arroyo Butarque. Estos hechos, sumados, originan una serie de focos de infección, de malos olores y de proliferación de ratas que los vecinos no están dispuestos a seguir soportando.

El concejal encargado, de gestionar los asuntos de La Fortuna, Luis Haro, se ha reunido varias veces con los vecinos, sin que hasta ahora se hayan ofrecido soluciones reales a los problemas. En vista de la falta de resultados, la Asociación pidió una entrevista al gobernador civil de Madrid.

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