Los conservadores británicos quieren la ampliación del Mercado Común
En el debate que los conservadores británicos dedicaron ayer en su asamblea anual a la Comunidad Económica Europea y a otros asuntos internacionales, España figuró en lugar importante. Dos diputados, el portavoz para Asuntos Exteriores del partido de la oposición, y su segundo, el encargado de las cuestiones de la CEE, expresaron su apoyo incondicional a la petición española de ingreso en el Mercado Común.
El primero, John Davies, situó el tenia de la ampliación comunitaria en el contexto de los peligros que sufre Occidente como objetivo de la «penetración marxista, orquestada por la Un...
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En el debate que los conservadores británicos dedicaron ayer en su asamblea anual a la Comunidad Económica Europea y a otros asuntos internacionales, España figuró en lugar importante. Dos diputados, el portavoz para Asuntos Exteriores del partido de la oposición, y su segundo, el encargado de las cuestiones de la CEE, expresaron su apoyo incondicional a la petición española de ingreso en el Mercado Común.
El primero, John Davies, situó el tenia de la ampliación comunitaria en el contexto de los peligros que sufre Occidente como objetivo de la «penetración marxista, orquestada por la Unión Soviética y sus aliados». Para Davies, que podría ser el próximo ministro de Exteriores de este país, el eurocomunismo es el elemento que los soviéticos están usando para llevar a cabo tal penetración.Una CEE unida, fuerte y ampliada podría resistir los embates de la URSS, que no sólo se equipa con aquel material ideológico, sino que refuerza su política militar y económica.
Douglas Hurd, el portavoz tory para asuntos de la CEE, repitió el argumento político sobre la ampliación comunitaria. La presencia de España, Portugal y, Grecia será beneficiosa para que esos países escapen de otras dependencias económicas, que serían contraproducentes para la libertad de sus habitantes.
El Partido Conservador concluyó con una decisión positiva con respecto a Europa: la CEE debe ampliarse y las elecciones directas al Parlamento Europeo tendrían que celebrarse sin tardanza en 1978, para reforzar las instituciones comunes europeas.