El secuestro de Schleyer entra en una fase decisiva

El secuestro del presidente de los empresarios alemanes, Hans Martin Schleyer, parece entrar en una fase decisiva, hasta el punto de que empieza a dominar la impresión de que puede terminar la retención del empresario en las próximas horas. Después de dos semanas sin contacto alguno entre los secuestradores y el abogado ginebrino Payot, se han reanudado estos, contactos con una nueva comunicación del Gobierno federal al mediador, comunicación cuyo contenido se desconoce, pero que se ha calificado por el propio Gobierno como sumamente importante. Esta noticia ha coincidido con un nuevo viaje de...

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El secuestro del presidente de los empresarios alemanes, Hans Martin Schleyer, parece entrar en una fase decisiva, hasta el punto de que empieza a dominar la impresión de que puede terminar la retención del empresario en las próximas horas. Después de dos semanas sin contacto alguno entre los secuestradores y el abogado ginebrino Payot, se han reanudado estos, contactos con una nueva comunicación del Gobierno federal al mediador, comunicación cuyo contenido se desconoce, pero que se ha calificado por el propio Gobierno como sumamente importante. Esta noticia ha coincidido con un nuevo viaje del ministro de la Cancillería, Wischnewsky, a Argel, país que se supone aceptaría a los secuestradores con los rehenes, un teólogo evangélico y un funcionario de la ONU, y a los once presos cuya liberación piden. El clima tenso de los últimos días en torno a este secuestro cambió repentinamente el pasado fin de semana, al hacerse pública una carta de Schleyer en la que pedía al Gobierno que hiciese todo lo posible por su liberación. En otra carta publicada en un diario dorninical conservador, su esposa insistía en esto mismo, pero adoptaba un tono mucho más sereno.A primeras horas de la noche de ayer terminó una larga reunión de la llamada «gran comisión de crisis», en la que estuvieron presentes los jefes de los partidos políticos mayoritarios, los ministros de Justicia y del Interior, el canciller Schmitd y los jefes de los Gobiernos regionales en los que se encuentran los once presos cuya liberación piden los secuestradores. Todas estas circunstacias hacen concluir a parte de los observadores políticos que el secuestro del empresario se ha visto muy afectado por el desenlace del secuestro del avión japonés desviado a Argelia, desenlace que puede repetirse en relación con Schleyer, en poder de la fracción del Ejército Rojo desde hace ya más de un mes.

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