Investigación sobre un retablo

El diario EL PAIS ha publicado una información titulada «Desaparece un retablo barroco del palacio de Oriente», que, para el correcto conocimiento de los lectores, necesita de alguna aclaración.En principio, no hay inconveniente en admitir que ese retablo barroco de la iglesia de Montserrat (derruida en el año 1903) se depositase en los sótanos de palacio. Es una cuestión de respeto y credibilidad hacia el autor del libro «Las iglesias barrocas madrileñas», Alberto Tamayo, quien hace esa afirmación. Por otra parte, sólo se ha conocido, desde hace muchos años, la existencia, en palacio, de las ...

El diario EL PAIS ha publicado una información titulada «Desaparece un retablo barroco del palacio de Oriente», que, para el correcto conocimiento de los lectores, necesita de alguna aclaración.En principio, no hay inconveniente en admitir que ese retablo barroco de la iglesia de Montserrat (derruida en el año 1903) se depositase en los sótanos de palacio. Es una cuestión de respeto y credibilidad hacia el autor del libro «Las iglesias barrocas madrileñas», Alberto Tamayo, quien hace esa afirmación. Por otra parte, sólo se ha conocido, desde hace muchos años, la existencia, en palacio, de las columnas salomónicas de este retablo, simplemente, y sin ningún otro aditamento, según los informes de los correspondientes servicios técnicos del Patrimonio Nacional.

No, obstante lo expuesto, los mismos servicios técnicos del Patrimonio afirman rotundamente que este retablo barroco, en su totalidad, no estaba en palacio desde hace entre veinte y treinta años. Conviene señalar, como dato importante, que el Patrimonio Nacional ha elaborado un notable inventario de sus bienes y obras de arte. Y éste es un trabajo poco común -como se sabe- que constituye fuerte apoyatura argumental en casos como el que nos ocupa.

Con independencia de estas consideraciones, es evidente que el problema suscitado tiene una gran importancia. Esta es la razón de que el Patrimonio Nacional tenga el máximo interés en esclarecer el asunto planteado. Por eso, iniciará las investigaciones necesarias para determinar si el retablo fue depositado, en su totalidad, en palacio, y, si así ocurrió, ¿cuándo, cómo y por qué salió de este lugar?

Por último, y como consecuencia de cuanto antecede, no parece justificado deducir -como hizo ADELPHA y recoge EL PAIS- un desorden en el Patrimonio Nacional por la desaparición del retablo; es decir, establecer un nexo entre un hecho ocurrido hace muchísimos años y una actuación presente a la que, basándose, en este caso, en ese vínculo, se quiere criticar.

Jefe de Prensa del Patrimonio Naciónal