El proceso negociador de la autonomía catalana, más lento de lo previsto

De mero trámite calificó un portavoz socialista autorizado la reunión celebrada anteayer en el aeropuerto parisiense de Orly, entre el dirigerite Joan Reventós y Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat de Cataluño.

En su transcurso Reventós informó a Tarradellas de los criterios de la Asamblea de Parlamentarios catalanes sobre la necesidad de que Cataluña se constituya desde ahora como una «unidad iristitucional» tn vez de hacerlo como «mancomunidad de díputaciones». Todo ello está expuesto en un borrador configurado por doce artículos que los parlamentarios catalanes se pro...

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De mero trámite calificó un portavoz socialista autorizado la reunión celebrada anteayer en el aeropuerto parisiense de Orly, entre el dirigerite Joan Reventós y Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat de Cataluño.

En su transcurso Reventós informó a Tarradellas de los criterios de la Asamblea de Parlamentarios catalanes sobre la necesidad de que Cataluña se constituya desde ahora como una «unidad iristitucional» tn vez de hacerlo como «mancomunidad de díputaciones». Todo ello está expuesto en un borrador configurado por doce artículos que los parlamentarios catalanes se proponen entregar al Gobierno, previo acuerdo con Tarradellas.Esto se engloba dentro de los acuerdos del pasado día 7 de julio, entre Tarradellas y los parlamentarios catalanes, en los cuales se convino que los contactos con el Gobierno serían el resultado de una «acción negociadora común».

Pese a la formalidad del acuerdo, es evidente que tanto Tarradellas como los parlamentarios aspiran a que el protagonismo principal corresponda a una de las partes -la propia- y la otra la apoye. Esta versión de los hechos fue plenamente confirmada a EL PAIS por fuentes plenamente responsables, vinculadas a cada una de las partes.

A últimas horas de anoche un senador catalán independiente manifestó a EL PAIS que en el texto propuesto por Reventós a Tarradellas para ser posteriormente presentado al ministro del Interior, el principal problema consistía en determinar la forma por la cual Josep Tarradellas volvería a ser elegido presidente de la Generalitat de Cataluña. El primer plan estudiado entre Tarradellas y Adolfo Suárez consistía en que Tarradellas volvía a ser elegido presídente de la Generalitat de Cataluña por los cuatro presidentes de las diputaciones catalanas. Este plan, en estos momentos, era considerado inviable, y en sustitución tendría que hallarse otra fórmula que permitiera reelegir a Tarradellas presidente de la Generalitat, de forma que así se conjugaran la legitimidad histórica y la procedente de la situación actual.

La fórmula propuesta por los parlamentarios catalanes consistiría en que fuese la Asamblea de Parlamentarios la que designara el futuro presidente de la General¡tat, que cubriría el plazo provisional desde el momento actual hasta la promúlgación del Estatuto de Cataluña por las Cortes. Esta fórmula sería vista con recelos por Tarradellas, según manifestó el mencionado senador catalán. El propio senador catalán veía con dificultad que fuese Tarradellas la persona que elígiesen los diputados y senadores catalanes. Tarradellas podría también compartir esta opinión y, por tanto, dudar de la conveniencia de poner de hecho su cargo a disposición de los parlamentarios catalanes.

Por su parte Tarradellas estaría dispuesto a dar por terminado su mandato si se constituyera un Parlamenta catalán, lo cual no sucede en la actualidad, y no existe una fórmula legal que permita tal cosa hasta que no sea promulgado el estatuto definitivo de Cataluña. Ante esta circunstancia, ambas partes buscarían una fórmula que pudiera conjugar las actitu es marcadamente diferenciadas de la mayoría de los parlamentarios y Tarradellas.

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En cualquier caso, parece que hay coincidencia de criterios en que el proceso negociador será más largo y complejo que lo inicialmente esperado. Hay, en efecto, pocas esperanzas de que la solución -provisional, desde luego, ya que el Estatuto de Cataluña tiene que ser promulgado por el Congreso- venga dentro de este mismo mes, como parecía indicarse durante la estancia de Tarradellas en Madrid.

Manifestación

La fecha clave sería el 11 de septiembre, jornada de afirmación catalanista, cuya celebración fue permitida el pasado año por vez prirnera desde el tinal de la guerra civil. Dicho día conmernora, curiosamente, la derrota de Cataluña en 17 14, frente a las tropas borbónicas franco-españolas, en la tierra de Sucesión.En efecto, el diputado socialista Rairnon Obiols, manifestó a EL PAIS que su partido pensaba instar urgentemente a la comisión organizadora de la concentración del pasado año para que se autoconvocara con la finalidad de organizar desde ahora una manifestación masiva en aquella jornada.

El diputado socialista expresó su preocupación «por el carácter que podría adoptar-aquella concentración, a la que concurrirían probablemente un millón de personas»

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