La marcha de la libertad de Euskadi no pudo entrar en Francia

Con cierto retraso, a eso de las once de la mañana, unos cuatrocientos miembros de la Marcha por la Libertad de Euskadi partieron desde Fuenterrabía hacia Irún, soportando con canciones, pancartas e ikurriñas la lluvia intermitente de la mañana.

Una vez en Irún, la columna de la marcha engrosó hasta los dos millares de personas camino del puente de Santiago, en la misma frontera Irún-Hendaya, en donde se detuvo con gritos de Apala, askatu (libertad para Apala), disolución de los CRS (Compañía Republicana de Seguridad) y otras consignas contra la prohibición de las autoridades...

Con cierto retraso, a eso de las once de la mañana, unos cuatrocientos miembros de la Marcha por la Libertad de Euskadi partieron desde Fuenterrabía hacia Irún, soportando con canciones, pancartas e ikurriñas la lluvia intermitente de la mañana.

Una vez en Irún, la columna de la marcha engrosó hasta los dos millares de personas camino del puente de Santiago, en la misma frontera Irún-Hendaya, en donde se detuvo con gritos de Apala, askatu (libertad para Apala), disolución de los CRS (Compañía Republicana de Seguridad) y otras consignas contra la prohibición de las autoridades francesas de permitir el paso de la marcha al País Vasco Francés.

Tras la conversación en tierra francesa de uno de los representantes de la marcha con las autoridades de aquel país, el padre Larzábal, conocido miembro de la comisión de refugiados vascos en Francia, cruzó a su vez la frontera española, dirigiéndose a los componentes de la marcha, a los que comunico, ante la expectación de la policía española, la reiterada decisión de las autoridades francesas de prohibir el paso de la frontera, finalizando con un saludo a los que calificó de hermanos vascos, animándoles hasta la consecución de una Europa de pueblos unidos. A continuación, la marcha regresó de nuevo a Irún.