Cartas al director

Otro expediente por protestar

Asombrosa me parece la concomitancia entre la situación en que se halla la señora de Herrera (carta del miércoles, 29 dejunio) y ésta en la que yo me encuentro. Como quiera que en el centro en que desempeño mis funciones de catedrático hubiera irregularidades demasiado graves para poderlas soslayar, y a la vista de testimonios de padres y alumnos del centro, envié a la Delegación Provincial de Oviedo de Educación y Ciencia denuncia tras denuncia solicitando una inspección. Mi incansable actitud acusatoria incomodó hasta tal punto a la dicha Delegación que, a su petición, la Dirección General d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Asombrosa me parece la concomitancia entre la situación en que se halla la señora de Herrera (carta del miércoles, 29 dejunio) y ésta en la que yo me encuentro. Como quiera que en el centro en que desempeño mis funciones de catedrático hubiera irregularidades demasiado graves para poderlas soslayar, y a la vista de testimonios de padres y alumnos del centro, envié a la Delegación Provincial de Oviedo de Educación y Ciencia denuncia tras denuncia solicitando una inspección. Mi incansable actitud acusatoria incomodó hasta tal punto a la dicha Delegación que, a su petición, la Dirección General de Personal del MEC me ha abierto expediente disciplinario. De esto me he enterado por terceros, pues a mí nada se me ha comunicado fehacientemente. El expediente tiene fecha de 21 de marzo y, que yo sepa, no ha sido sobreseído. Ni juez instructor, ni fecha, ni cargos se me han comunicado.Lo inmoral de todo el asunto, señor Herrera, es que, como a su esposa, se me considera «rebelde» e indeseable porque lo que he tratado es conseguir una investigación imparcial sobre el instituto de bachillerato, cuyo director, amén de incumplir cotidianamente sus obligaciones laborales, se consideraba el dueño del centro, y, consecuentemente, con autoridad para agredir de la forma más inusitada a los alumnos: insultarles, humillarles, maltratarles en todos los sentidos; aterrorizarles, y, de paso, aprovechar de su omnipotencia para coaccionar al profesorado y obligarle a firmar las actas de los exámenes en blanco, con el fin de cubrirlas él, según su capricho. Y muchas otras cosas más, todas en la misma línea. Esto, señor Herrera, viene avalado por más de treinta denuncias de alumnos y padres, aparte de otros documentos, y ya ha salido en la prensa regional. La Delegación Provincial del MEC ni se inmuta.

El nepotismo es derecho en este país, señor Herrera. Estas y otras cosas me obligan a afirmarme en mi idea de que en España lo más inmoral que existe es la moral.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En