Elecciones sin coste de la vida

El Gobierno ha conseguido su objetivo de retirarse sin que los españoles conozcan las cifras oficiales sobre la evolución de los precios al consumo. Los datos de enero y febrero se facilitaron a la opinión pública con la confusión de tres índices distintos y ninguno oficial. El dato correspondiente al mes de marzo, calculado desde hace varias semanas, no ha salido de los despachos oficiales y el de abril, salido del ordenador ayer, según ha podido saber EL PAIS, tampoco será dado a conocer por este equipo gubernamental, que parece haber hecho cuestión de honor el mantener la confusión nacional...

El Gobierno ha conseguido su objetivo de retirarse sin que los españoles conozcan las cifras oficiales sobre la evolución de los precios al consumo. Los datos de enero y febrero se facilitaron a la opinión pública con la confusión de tres índices distintos y ninguno oficial. El dato correspondiente al mes de marzo, calculado desde hace varias semanas, no ha salido de los despachos oficiales y el de abril, salido del ordenador ayer, según ha podido saber EL PAIS, tampoco será dado a conocer por este equipo gubernamental, que parece haber hecho cuestión de honor el mantener la confusión nacional sobre la evolución de los precios.Si el nuevo equipo se muestra más sensible a la opinión pública, creemos que al poco de tomar las riendas de nuestra maltrecha economía comparecerá para explicar la confusión en que nos ha sumido el actual.

Los datos calculados por Estadística en base a la encuesta actual sobre precios al consumo han suministrado hasta ahora los siguientes resultados:

Dados a conocer oficialmente: 3,03 % de aumento en enero y 1,74 % de aumento en febrero.

Silenciados, por ahora, aunque calculados: 2,6 % de aumento en el mes de marzo y una cifra ligeramente superior al 1,55 % en el mes de abril.

El balance del cuatrimestre no puede ser más desesperanzador para los españoles, ya que en ese tiempo hemos alcanzado la cota del 9 % de elevación de los precios al consumo. Esta cifra es idéntica a la que refleja la media de alza de los precios de los países de la OCDE, nuestros más habituales compradores y vendedores, en los último doce meses. Es decir, nuestro ritmo es tres veces más rápido que el de nuestros principales clientes y proveedores.