Falta unanimidad en la CEE ante posibles nuevos ingresos

Los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE están de acuerdo en que la ampliación de la Comunidad sería beneficiosa para Portugal, España y Grecia y para la propia Europa, desde el punto de vista político. Sin embargo, no son unánimes a la hora de apoyar la entrada de los tres posibles nuevos miembros porque no están seguros de que las ventajas políticas vayan a compensar los problemas económicos que aquellaextensión traería consigo

Esas son las línas generales que se han podido observar como conclusiones de la reunión que los nueve celebraron durante el último fin de semana en...

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Los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE están de acuerdo en que la ampliación de la Comunidad sería beneficiosa para Portugal, España y Grecia y para la propia Europa, desde el punto de vista político. Sin embargo, no son unánimes a la hora de apoyar la entrada de los tres posibles nuevos miembros porque no están seguros de que las ventajas políticas vayan a compensar los problemas económicos que aquellaextensión traería consigo

Esas son las línas generales que se han podido observar como conclusiones de la reunión que los nueve celebraron durante el último fin de semana en el castillo de Leeds, en Kent, Inglaterra. Del resto, es absoluto el silencio sobre los detalles de los debates, en los que participó también el presidente de la Comisión de la CEE, Roy Jenkins.Se sabe que mientras la cuestión política del apoyo comunitarlo a las nuevas democracias europeas fue el tema a discusión, los nueve no opusieron objeción alguna a la admisión de los dos solicitantes -Grecia y Portugal- y de España, el país que probablemente pedirá su ingreso tras las elecciones del próximo mes.

Francia e Italia insisten en que el ingreso de economías agrícolas en la Comunidad debe estar precedido por un cambio radical en la presente regulación sobre competencias directas en el seno de la CEE.

Hasta que la estrategia agrícola comunitaria, por otra parte, no se someta a revisión, las consideraciones políticas sobre los provechos de la ampliación comunitaria no deben ensombrecer los otros aspectos del problema.

De hecho, las normas comunitarias sobre agricultura han sido el elemento más polémico de este fin de semana en Gran Bretaña, tras la decisión del Tribunal de Estrasburgo contra los subsidios que el Gobierno de Londres aplicaba al ganado porcino.

Esa circunstancia, que será discutida en Inglaterra por el ministro de Agricultura del Reino Unido con sus colegas europeos, no parece haber cambiado la postura británica con relación a la ampliación de la CEE. Al contrario, parece que en la reunión secreta del castillo de Leeds la tesis de los beneficios políticos de la extensión fue defendida conjuntamente por el doctor Owen y por Genscher, los representantes del Reino Unido y de la República Federal de Alemania, frente a la oposición económica que forman Francia e Italia.

Los aspectos generales de la ampliación fueron discutidos en Londres de manera más informal por el segundo de David Oweri en el Foreign Office, Frank Judd, y Lorenzo Natali, el jefe de la Comisión Comunitaria que negocia con España, Grecia y Portugal.

De ninguna de las dos reuniones ha salido una estrategia comunitaria para enfrentarse a las solicitudes de ampliación ya presentadas. Los periodistas nos hemos quedado con algunos datos anecdóticos con relación a la primera. El castillo en que se celebró fue ocupado por Enrique VIII cuando decidió la ruptura de relaciones con el español Carlos V, en el siglo XVI.

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