LA NUEVA SITUACIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

Washington, a la espera de acontecimientos

La victoria del partido Likud en las elecciones israelíes amenaza con bloquear indefinidamente una de las metas principales de la Administración Carter en política exterior: la consecución de un acuerdo, político en Oriente Próximo durante el año en curso. Y mientras en Washington se adopta oficialmente una actitud de «esperar y ver», no falta quien augura ya un nuevo embargo petrolífero, como consecuencia del triunfo electoral del grupo extremista.Las propuestas de Carter para un arreglo pacífico en Oriente Próximo incluían la retirada prácticamente total de Israel, de los territorios ...

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La victoria del partido Likud en las elecciones israelíes amenaza con bloquear indefinidamente una de las metas principales de la Administración Carter en política exterior: la consecución de un acuerdo, político en Oriente Próximo durante el año en curso. Y mientras en Washington se adopta oficialmente una actitud de «esperar y ver», no falta quien augura ya un nuevo embargo petrolífero, como consecuencia del triunfo electoral del grupo extremista.Las propuestas de Carter para un arreglo pacífico en Oriente Próximo incluían la retirada prácticamente total de Israel, de los territorios ocupados a sus vecinos árabes y el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a poseer una patria propia. Con la victoria del partido Likud, ambas condiciones aparecen como totalmente irrealizables en un futuro próximo.

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Mientras los analistas norteamericanos aseguran que el triunfo en las urnas del Likud pilló por sorpresa a la Administración Carter, el portavoz oficial de la Casa Blanca, Jody Powell, decía ayer que «Carter piensa que el aspecto más importante de la relación entre este país e Israel está por encima de la identidad de los respectivos líderes y basado en la larga amistad entre los pueblos de ambos países».

Begin deberá visitar Estados Unidos en las próximas semanas, según una invitación previa de Carter, y la forma en que se le reciba será un primer indicio de hasta qué punto está dispuesto Washington a presionar sobre los nuevos dirigentes de Tel Aviv.

El príncipe Fahd, de Arabia Saudita, llega el lunes a Washington para poner fin a las entrevistas de Carter con los líderes de la zona. La decidida actitud pro occidental de los sauditas y su negativa a subir más los precios del petróleo habrían tenido, de creer a algunos observadores, la contrapartida tácita de la presión norteamericana sobre Tel Aviv para conseguir la pacificación del Próximo Oriente. La victoria del Likud podría llevar a Arabia Saudita a endurecer su postura en el tema del petróleo.

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