Boicot internacional al café

Un grupo de mujeres holandesas se ha dirigido a nuestro periódico, para pedir a las madres de familia españolas que se adhieran al boicot que han declarado al café ante la incesante subida de precio que ha experimentado este producto: en Holanda se ha triplicado, en los últimos nueve meses. En España el precio del café aumentó un 112% a partir del 4 de enero.«Hace dos meses -explican en la carta que han remitido a EL PAIS- comenzamos la campaña de boicot. Cada una llamó a cinco amigas que, a su vez, llamaban a otras cinco para extender la consigna: no beber café durante una semana.»

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Un grupo de mujeres holandesas se ha dirigido a nuestro periódico, para pedir a las madres de familia españolas que se adhieran al boicot que han declarado al café ante la incesante subida de precio que ha experimentado este producto: en Holanda se ha triplicado, en los últimos nueve meses. En España el precio del café aumentó un 112% a partir del 4 de enero.«Hace dos meses -explican en la carta que han remitido a EL PAIS- comenzamos la campaña de boicot. Cada una llamó a cinco amigas que, a su vez, llamaban a otras cinco para extender la consigna: no beber café durante una semana.»

Con este sencillo sistema, la iniciativa de las mujeres que iniciaron la campaña ha tenido gran éxito en su país, y tanto los medios de comunicación como las asociaciones de consumidores han apoyado su acción.

Las boicoteadoras reconocen que su actuación organizada no va ha influir sobre el precio del café, pero confían en que las mujeres de Europa y Estados Unidos se adhieran a su campaña.

«El precio mundial del café bajaría, sin duda, si las mujeres de todos estos países se unieran.»

El boicot al café no está dirigido contra los países productores, sino contra los especuladores y grandes propietarios que, pretextando la falta de café debido a la helada del Brasil y a los terremotos de Guatemala, venden sus stocks a precios mucho más altos del que pagaron por ellos.

Por su parte, las amas de casa españolas parece que aceptarían el lanzamiento de un sustitutivo del café que han inventado los portugueses; una mezcla de café, achicoria y cebada, cuyo precio en el mercado es de 240 pesetas por kilo, mientras el kilo de café cuesta unas ochocientas pesetas.

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