Piden la rectificación de la versión franquista sobre Guernica

Un comunicado dirigido a la opinión pública y al Gobierno para solicitar la rectificación de la versión franquista sobre Guernica y la apertura inmediata de los archivos de guerra españoles fue hecho público ayer por la comisión organizadora del cuarenta aniversario del bombardeo de Guernica en representación de sus habitantes. El escrito ha sido suscrito también por varios testigos presenciales —entre ellos Joseba Elósegui— y los historiadores Fernando García Cortázar, Luis Ruiz de Aguirre, Ángel Vilas Viñas, Herbert R. Southvorth y Manuel Tuñón de Lara, que participaron el doming...

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Un comunicado dirigido a la opinión pública y al Gobierno para solicitar la rectificación de la versión franquista sobre Guernica y la apertura inmediata de los archivos de guerra españoles fue hecho público ayer por la comisión organizadora del cuarenta aniversario del bombardeo de Guernica en representación de sus habitantes. El escrito ha sido suscrito también por varios testigos presenciales —entre ellos Joseba Elósegui— y los historiadores Fernando García Cortázar, Luis Ruiz de Aguirre, Ángel Vilas Viñas, Herbert R. Southvorth y Manuel Tuñón de Lara, que participaron el domingo, en la villa foral, en una mesa redonda en la Casa de Juntas sobre el bombardeo de Guernica.

Fernando García Cortázar, director del departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Deusto —como moderador—, inició el acto pidiendo a los componentes de la mesa se esforzaran por encontrar a lo largo de la sesión unos responsables del bombardeo de Guernica, «puesto que de otra manera la historia carecería de sentido».

Manuel Tuñón de Lara fue el encargado de situar la acción del bombardeo de Guernica. Analizó su contexto y reseñó incluso los acontecimientos previos al mismo.

«El potencial con que los nacionales afrontan la campaña del Norte —dijo— es a todas luces desproporcionado con la escasez de medios de los vascos. Treinta mil hombres, con unidades completas italianas y entre 130 y 150 aviones —la mayoría de la Legión Cóndor— y al menos ocho grupos de artillería formarían el grueso de la ofensiva franquista.» Tuñón de Lara recordó que previamente al bombardeo de Guernica las tropas nacionales habían roto ya el frente vasco, ocupando con gran aparato aéreo la localidad de Ochandiano y bombardeando brutalmente Durango (Vizcaya), en donde hubo más de doscientos muertos.

Luis de Aguirre, historiador vasco y ex comisario político del primer presidente del Gobierno vasco, José Antonio de Aguirre, completó la visión hecha por Tuñón del marco bélico en que se situaba a Guernica antes del bombardeo con un análisis del potencial militar vasco, Angel Viñas, catedrático de Historia de la Universidad de Valencia, se refirió fundamentalmente a la intervención alemana en España. Hizo hincapié en su importante participación en la campaña del Norte y más concretamente en el bombardeo de Guernica.

«El 30 de octubre de 1936 el Gobierno alemán comunica unilateralmente a Franco su descontento con la marcha de la guerra española, alegando que los procedimientos bélicos utilizados por el mando nacional podían alargar demasiado el conflicto, Hitler decide entonces mandar a España la Legión Cóndor. A Franco no se le da otra opción sino aceptar las condiciones unilateralmente se establecen en Berlín. La Legión Cóndor en España va a estar directamente subordinada a Franco. Su general en jefe, Speegler, será —en opinión de Viñas— el asesor directo del general Franco en materia de guerra aérea.» Señala Ángel Viñas que hasta diciembre de 1936 no terminaría el período de experimentación bélica de los alemanes en España, iniciándose entonces una intervención masiva en la guerra civil a partir del 20 de marzo de 1937, fecha en que se firma el primer protocolo hispano-alemán. El profesor Viñas juzga éste como un período de transición yen él incluye el bombardeo de Guernica.

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Para Ángel Viñas son muy significativos los roces habidos entre el general Mola y los alemanes en la primera fase de la campaña del Norte. El catedrático de la Universidad de Valencia aseguró en Guernica que existen protocolos en los archivos alemanes que reflejan la existencia de fricciones entre ambas partes debido fundamentalmente a que Mola deseaba que la aviación alemana arrasara los centros industriales de Euzkadi. Para el general Mola los males de España se debían al alto grado de industrialización del país.

En Guernica, Ángel Viñas analizó a fondo un aspecto de las relaciones entre la Legión Cóndor y el Alto Estado Mayor Nacional, en el que puede estar el verdadero quid de la cuestión de las responsabilidades.

Recuerda Viñas que a finales de marzo de 1937, antes de dar comienzo la campaña del Norte, se establece un plan de operaciones y de cooperación conjunta entre las fuerzas de Tierra y Aire de ambos países que es aceptado por los mandos militares nacionales. Allí se prevé el dominio de la aviación —en su mayoría alemana— en las operaciones.

Este plan conjunto de operaciones —estudiado por Ángel Viñas en los archivos militares— preveía que dos horas antes de los ataques, las medidas combinadas de Infantería, Artillería y Aviación habían de ser fijadas entre ambas partes, pensando que la efectividad de un ataque dependía de muchos factores.

«No queda constancia por mis estudios —confirma Ángel Viñas— que este plan conjunto hubiera sido repudiado antes del bombardeo de Guernica. Por tanto podemos suponer que si fue firmado en marzo de 1937, el 26 de abril estaría en vigor. Por consiguiente, aunque no se encuentre ese documento alusivo que permita determinar las comunicaciones entre los mandos de la Legión Cóndor y las fuerzas nacionales, podemos suponer que dos horas antes del ataque era previsible que se hubiera llevado a cabo el plan normal que preveía la comunicación de la actuación táctica de las tres armas. Por tanto, es indudable que, al menos a nivel táctico, los mandos nacionales tenían que estar al tanto de la operación y habrían colaborado en la preparación del bombardeo de Guernica. Es necesario, pues, determinar en una perspectiva positivista y documentada si entre el 2 de abril y el 23 de abril, y el 23 y el 26 de abril, hubo más comunicaciones de las, que haya constancia entre Mola y Franco.

Según aparece reflejado en los estudios realizados por Ángel Viñas, la Legión Cóndor comunicaba directamente con Berlín enviando un parte de operación que luego era refundido, estudiado y analizado por al menos veintitrés personalidades. Durante cuarenta años se pensó que habían desaparecido, pero hoy pueden estudiarse en los archivos militares germanos.

Terminaría diciendo Ángel Viñas que «la responsabilidad del contexto estaba claramente del lado de Mola, mientras que la del ataque era mixta, opinando que la responsabilidad operativa pertenecía a la Legión Cóndor, ya que eran ellos los que determinaban el material a utilizar.

Ángel Viñas declaró a EL PAÍS que «es evidente que por encima de todas estas responsabilidades estaba Franco, de quien de pendían los ejércitos nacionales y la Legión Cóndor alemana. No es fácil escuchar de un militar que un inferior ha hecho algo sin él saberlo. Franco era el jefe militar máximo. El superior es siempre responsable y aunque no hubiera sabido el bombardeo —esa prueba concreta falta todavía— no cabe duda de que era responsable porque debía haberlo sabido».

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