Los minusválidos sevillanos, contra la subvención por el juego

La Unión de Minusválidos de Sevilla (UMS) ha hecho público un comunicado en el que expresa su total desacuerdo con la decisión tomada en Consejo de Ministros de dedicar las tasas provenientes del juego al desarrollo e integración de los sectores más marginados de la sociedad. Con la Unión Sevillana, son varias las organizaciones y grupos de minusválidos que manifiestan su protesta por esta medida.

«Pensamos —dicen los minusválidos sevillanos— que esta decisión, que como siempre ha sido tomada sin consultar a los verdaderos interesados, y que más bien parece tratarse de una j...

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La Unión de Minusválidos de Sevilla (UMS) ha hecho público un comunicado en el que expresa su total desacuerdo con la decisión tomada en Consejo de Ministros de dedicar las tasas provenientes del juego al desarrollo e integración de los sectores más marginados de la sociedad. Con la Unión Sevillana, son varias las organizaciones y grupos de minusválidos que manifiestan su protesta por esta medida.

«Pensamos —dicen los minusválidos sevillanos— que esta decisión, que como siempre ha sido tomada sin consultar a los verdaderos interesados, y que más bien parece tratarse de una justificación del Gobierno ante algunos sectores del país contrarios a la legalización del juego, no resuelve en absoluto nuestro problema, ni va a la raíz del mismo. El Gobierno parece considerar que integrarnos en la sociedad es invertir a fondo perdido, y por lo tanto recurre a dineros extras, como quien aprovecha el dinero de la lotería para un articulo de lujo.»

Más adelante, dice: «Los minusválidos no necesitamos caridades ni regalos, sino justicia; para nuestra integración social no se necesitaría ninguna inversión extraordinaria si simplemente se cumpliesen leyes ya existentes, como la que se refiere a los puestos de trabajo en empresas para discapacitados, o se hubiesen cumplido a su debido tiempo las reformas urbanas. Por considerarnos los minusválidos como parte integrante de la sociedad y no como parásitos de la misma, creemos que nuestras necesidades no son prioritarias ni ajenas a las generales del resto de los ciudadanos, por lo que el dinero que se dedique a solucionarlas debe salir del fondo común del Estado. Los minusválidos no queremos que se nos mantenga a costa de los demás, sino que se nos reconozca de una vez por todas el derecho a la educación y al trabajo y a colaborar en el desarrollo y perfeccionamiento de la sociedad.»

El censo actual de minusválidos en España no está muy definido, aunque fuentes cercanas a sus agrupaciones indican que el número de afectados se acerca a los dos millones.

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