Seis presos vascos de Cáceres se declaran en huelga de hambre

Seis presos políticos de la cárcel de Cáceres (Garmendía, Larena, Cañaveras, Biar, Jaka y Zubimendi) se declararon ayer en huelga de hambre indefinida como protesta por la exclusión de presos políticos de la amnistía recientemente promulgada. No obstante, según informa nuestro corresponsal en Badajoz, Carlos Monroy, la huelga aún no había empezado anoche. Esta noche todos han cenado con un apetito envidiable, dijeron en círculos próximos a la prisión.Tres de los huelguistas -Biar, Jaka y Zubimendi- están incluidos en las listas de los probables aministiados, mientras que los otros tres,...

Seis presos políticos de la cárcel de Cáceres (Garmendía, Larena, Cañaveras, Biar, Jaka y Zubimendi) se declararon ayer en huelga de hambre indefinida como protesta por la exclusión de presos políticos de la amnistía recientemente promulgada. No obstante, según informa nuestro corresponsal en Badajoz, Carlos Monroy, la huelga aún no había empezado anoche. Esta noche todos han cenado con un apetito envidiable, dijeron en círculos próximos a la prisión.Tres de los huelguistas -Biar, Jaka y Zubimendi- están incluidos en las listas de los probables aministiados, mientras que los otros tres, con penas de muerte conmutadas, quedarán excluidos probablemente de la ampliación de la amnistía, y su excarcelación debería producirse por vía de indulto.

Los huelguistas, que hicieron conocer su actitud después de las visitas familiares de ayer, han hecho público un comunicado en el que ponen de manifiesto su falta de confianza «en las promesas de futuros indultos particulares para los hoy excluidos de la amnistía y en la pretendida voluntad del Gobierno de liberar a todos los presos políticos».

«Nuestra esperanza -añaden- sigue puesta exclusivamente en la movilización popular para la conquista dé la amnistía total.»

Según ha declarado el director de la prisión, el indulto afecta al centro, penitenciario cacereño en menor medida que la media nacional, porque a él vienen preferentemente delincuentes condenados por delitos sexuales o de sangre, que suelen llevar aparejadas penas amplias, y al tratarse de una prisión de primer grado en la que los reclusos pasan el principio de cumplimiento de la condena no suelen salir en igual número que de otras prisiones. De los cuarenta reclusos que hay en España a quienes se les ha conmutado la pena de muerte, diez están en la prisión de Cáceres.