Los ecólogos pueden decidir las elecciones municipales en París

La ecología, progresivamente, se está revelando como un tema electoral muy importante y, en París concretamente, podría ser el árbitro que designara al primer alcalde. Los partidos políticos, con unanimidad, se manifiestan todos ecólogos convencidos. El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, publicó ayer un libro, «Entorno a la francesa», en el que recoge todas sus reflexiones sobre el medio ambiente. Un sondeo le la opinión dice que los «candidatos verdes» (ecologistas) podrían imponer un alcalde de izquierdas en París.

Desde que se desencadenó la «batalla de París», con...

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La ecología, progresivamente, se está revelando como un tema electoral muy importante y, en París concretamente, podría ser el árbitro que designara al primer alcalde. Los partidos políticos, con unanimidad, se manifiestan todos ecólogos convencidos. El presidente de la República, Valery Giscard d'Estaing, publicó ayer un libro, «Entorno a la francesa», en el que recoge todas sus reflexiones sobre el medio ambiente. Un sondeo le la opinión dice que los «candidatos verdes» (ecologistas) podrían imponer un alcalde de izquierdas en París.

Desde que se desencadenó la «batalla de París», con la candidatura del presidente del RPR gaullista, Jacques Chirac, los movimientos ecologistas no han hecho más que crecer en fuerza y número. Varias encuestas de los dos últimos días coinciden: los candidatos «verdes» obtendrían el 12% en la capital y alrededor del 10% en el resto del país. En las grandes ciudades, su influencia es mayor.Uno de estos sondeos, referido a la capital, revelaba que si el señor Chirac llegase en cabeza el día de la elección del alcalde (el 23 de marzo), el 56% de los ecologistas votarán por el candidato de la izquierda, que sería el primer alcalde de París. Por el contrario, Ornano atraería más votos ecologistas y sería elegido contra el candidato de la izquierda. Esta «fotografía» de la opinión la han esgrimido ferozmente los líderes «giscardianos» de la mayoría contra Chirac, que sigue «navegando» con dificultad como consecuencia de la ofensiva brutal de que es objeto por parte de los Poniatowski, Lecanuet y demás partidarios del candidato apadrinado por el presidente de la República.

Este último, consciente de la importancia que va a tener el tema ecológico en las elecciones municipales de los días 13 y 20, y en las legislativas del 78, compiló sus discursos sobre la cuestión, pronunciados de tres años a esta parte, y en unas declaraciones a la TV, para presentarlos, declaró: «No hay que mezclar la política con la ecología, pero considero que la ecología es política». Anunció Giscard el «fin de la arquitectura vertical» y la promoción de los alojamientos individuales. Propuso el 16 de abril para la celebración la «jornada nacional del árbol», con plantaciones simbólicas y, para el otoño venidero, reveló que Francia organizaría «las jornadas europeas del medio ambiente».

El presidente, sin embargo, se mostró más reservado, al abordar el tema nuclear: «Es una forma de energía, dijo, para países que no tienen otras fuentes y esto plantea cuestiones de medio ambiente, de contaminación, de seguridad, y cada una de ellas hay que tratarla con cuidado».

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