Tribuna

Vuelven los rumores de crisis en el seno de las fuerzas armadas portuguesas

Condicionados por la experiencia de casi tres años de revolución, los portugueses que siguen la actualidad nacional a través de la prensa (es decir, una minoría) se encuentran una vez más ante rumores de «desestabilización» en sus fuerzas armadas y de «maniobras golpistas». Hay que señalar que, esta vez, las denuncias vienen de la prensa más conservadora, mientras la de izquierda se mantiene reservada o reproduce solamente las declaraciones de altas personalidades civiles y militares, en las que se asegura que no hay motivo de preocupación.

El regimiento de caballería de Estremoz (epice...

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Condicionados por la experiencia de casi tres años de revolución, los portugueses que siguen la actualidad nacional a través de la prensa (es decir, una minoría) se encuentran una vez más ante rumores de «desestabilización» en sus fuerzas armadas y de «maniobras golpistas». Hay que señalar que, esta vez, las denuncias vienen de la prensa más conservadora, mientras la de izquierda se mantiene reservada o reproduce solamente las declaraciones de altas personalidades civiles y militares, en las que se asegura que no hay motivo de preocupación.

El regimiento de caballería de Estremoz (epicentro de muchos rumores) tiene Finalmente nuevo comandante, al que un comunicado del Estado Mayor del ejército califica como de «total confianza del general Eanes y de Rocha Vieira, jefe del Estado Mayor del ejército». El regimiento es la más potente unidad militar instalada en plena ,zona de aplicación, de la reforma agraria.Las autoridades tuvieron que desmentir recientemente «noticias» publicadas en la prensa y referidas al traslado de esta unidad a Elvas (frontera española) tras un supuesto sabotaje de vehículos blindados y una tentativa de sublevación que se habría saldado con la detención de «sesenta militares». El único hecho confirmado oficialmente fue una tentativa de protesta colectiva contra el «rancho», producida el 15 y 16 de febrero, hay nueve militares arrestados «para averiguaciones»,

En su edición del pasado día 22, Jornal de Noticias (Oporto) publica un extensísimo artículo que es, hasta la fecha, la primera «explicación» conjunta de la supuesta tentativa de golpe contra el presidente de la República y el Gobierno. Confuso y contradictorio, dicho artículo cita algunos hechos como lo sucedido en Estremoz o la corrupción existente en el regimiento de comandos de Amadora, así como «infiltraciones en la fuerza aérea, y el «clima inseguro» de la Escuela Práctica de Artillería». La maniobra es atribuida al Partido Comunista, con objetivos locales (en el caso, del Alentejo, para «recuperar el terreno perdido en la reforma agraria») y nacionales (contra el ingreso en la CEE).

Sobre este último punto. los comunistas contarían con el apoyo del «ala marxista» del Partido Socialista, y en el plano militar, de un «frente triple de otelistas, goncalvistas y meloantunistas». El pretexto habría sido ofrecido a los conspiradores por el propio Mario Soares al pedir la.«formación de un frente antifascista contra el supuesto avance del totalitarismo ». Con ello el primer ministro no habría hecho ni más que «dar armas a sus peores enemigos». La existencia de actividades clandestinas por parte de la extrema derecha militar es también evocada. La única prueba material dada por el anónimo autor del artículo del Jornal de Nolicias, es precisamente, un panfleto firmado por supuestos Comandos Democráticos del Norte de Portugal. en que se da un ultimátum de ocho días al presidente de La República y al Gobierno para liberar a los acusados de los atentados terroristas que se encuentran actualmente detenidos en el fuerte militar de Caxias. En caso contrario, las autoridades serían «las únicas responsables de lo que va a suceder en Portugal ».

Estas elucubraciones fueron desmentidas de fuente autorizada. La situación podría resumirse en una frase de un oficial portugués, entrevistado en la RFA: «Los izquierdistas se han calmado, el acercamiento a la OTAN ha sido bien aceptado, y el Movimiento de las Fuerzas Armadas goza de buena salud.» Hay, sin embargo, un punto grave acerca del cual, curiosamente, se observa un silencio general: el del anunciado juicio, en el Consejo Superior de Disciplina, de los oficiales acusados de torturas practicadas contra presos políticos después del 25 de abril. Tras del almirante Rosa Coutinho, tres oficiales más (de marina) fueron advertidos de su procesamiento.

Esta decisión ha suscitado vivas reacciones en amplios sectores de la armada. El propio almirante Tierno Bagulho, presidente del supremo tribunal militar, y poco sospechoso de simpatías izquierdistas, expresó en una carta personal su estima por Rosa Coutinho, lo que precipitó la decisión del presidente Eanes de sustituirlo en la presidencia de dicho tribunal. El proceso se arrastra, sin embargo, con una lentitud muy significativa.

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El Código de Disciplina Militar, que servirá para acusar a estos oficiales, tiene una validez discutible. En la actualidad está sujeto a revisión para eliminar de él las disposiciones contradictorias con la actual Constitución portuguesa.

Sería políticamente muy grave que cerca del tercer aniversario de la revolución de abril (al que las autoridades parecen decididas a dar este año un relieve particular, con la ya anunciada sesión solemne de la Asamblea de la República en presencia del presidente Eanes) el Código de Disciplina fuese utilizado para expulsar del ejército portugués a los más conocidos protagonistas de. la revolución.

La lista de oficiales del ejército que serán sometidos al Consejo Superior de Disciplina consta de 53 nombres, entre los cuales se encuentran los de Otelo Saraiva de Carvalho, Eurico Corvacho y los dos comandantes del Ralis (regimiento de artillería de Lisboa). Se puede decir que la «flor y nata» de los capitanes de abril, a excepción de los que figuran todavía en el Consejo de la Revolución.

Estos últimos se pueden encontrar ante la muy incómoda, alternativa de sacrificar a_sus compañeros del Movimiento de los Capitanes o de solidarizarse con ellos, abriendo un conflicto de imprevisibles consecuencias entré la jerarquía militar y el Consejo de la Revolución. En este caso, el presidente Eanes sería el árbitro de la situación; por eso se producen ahora presiones considerables para forzar al presidente a separarse de los consejeros revolucionarios que fueron los artesanos de su candidatura a la presidencia de la República.

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