Tres nuevos atentados terroristas en el País Vasco

Tres nuevos atentados con explosivos se han registrado durante la noche de ayer en el País Vasco, sin que ocasionaran daños personales. El más grave ocurrió sobre las once menos cuarto en la localidad vizcaína de Santurce. Un artefacto de gran. potencia destruyó casi en su totalidad el Club 51, situado en la calle Maestro Francisco Calles.Hora y media antes de producirse la explosión, un cliente del establecimiento dio cuenta de que en el servicio de caballeros habla un paquete que semejaba una bomba. El camarero, Antonio García Peña, comprobó efectivamente que la caja, colocada en luga...

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Tres nuevos atentados con explosivos se han registrado durante la noche de ayer en el País Vasco, sin que ocasionaran daños personales. El más grave ocurrió sobre las once menos cuarto en la localidad vizcaína de Santurce. Un artefacto de gran. potencia destruyó casi en su totalidad el Club 51, situado en la calle Maestro Francisco Calles.Hora y media antes de producirse la explosión, un cliente del establecimiento dio cuenta de que en el servicio de caballeros habla un paquete que semejaba una bomba. El camarero, Antonio García Peña, comprobó efectivamente que la caja, colocada en lugar visible, podía contener un explosivo, por lo que decidió dar aviso a la Guardia Civil, y desalojar el bar, en el que se encontraban una treintena de personas.

Antes de que llegaran los artificieros hizo explosión la bomba, que estaba conectada con un mecanismo de relojería. La explosión, además de destruir el bar totalmente, causó desperfectos en una peluquería y una tienda de tejidosquese encuentran a ambos lados del club.

El local destruido es propiedad de Elena Martínez, y está considerado en el pueblo como un lugar de citas de militantes de extrema derecha.

El segundo atentado, por orden cronológico, ocurría a la 1.15 de la madrugada de ayer en Pamplona, frente al número 27 de la calle Paulino Caballero, a un centenar de metros del Gobierno Civil. Una bomba de gran potencia hizo saltar por los aires a un Seat 124-Sport, matrícula LO-0140-A, propiedad de Miguel Zarantón Octavio, mecánico del Aeroclub de Navarra.

El coche, totalmente destruido, fue proyectado hacia la acera. Un boquete en la calzada daba cuenta de la potencia del explosivo, que causó serios desperfectos en los coches y establecimientos próximos.

La tercera explosión destruía también, en la población vizcaína de Plencia, un taxi Seat-1430, matrícula 131-3264-13, que se encontraba en una lonja de la calle General Mola, número 24.

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Su propietario, Pedro Ibergaray Arrizabalaga, no es conocido por filiación política de ningún tipo, al igual que el dueño del coche destrozado en la capital navarra.

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