Votar "sí" en el referéndum es pecado

«La ley de Reforma Política, tal como se presenta, es anticatólica. El artículo primero declara la supremacía de la ley, expresión de la voluntad soberana del pueblo, lo que está en flagrante contradicción con la doctrina católica", se afirma en una nota difundida por la Unión Seglar de San Antonio María Claret, organización integrista muy ligada a la Hermandad Sacerdotal.La misma nota cita en apoyo de sus tesis, después de referirse a la inmoralidad del sufragio universal, doctrinas pontificias y documentos de Pío IX, León XIII, San Pío X, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pab...

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«La ley de Reforma Política, tal como se presenta, es anticatólica. El artículo primero declara la supremacía de la ley, expresión de la voluntad soberana del pueblo, lo que está en flagrante contradicción con la doctrina católica", se afirma en una nota difundida por la Unión Seglar de San Antonio María Claret, organización integrista muy ligada a la Hermandad Sacerdotal.La misma nota cita en apoyo de sus tesis, después de referirse a la inmoralidad del sufragio universal, doctrinas pontificias y documentos de Pío IX, León XIII, San Pío X, Pío XI, Pío XII, Juan XXIII, Pablo VI y el Vaticano II.

La nota afirma que las consecuencias de la ley de Reforma Política serán "la aprobación de toda clase de leyes y ordenamientos jurídicos, en contradicción con las enseñanzas de Jesucristo: divorcio, aborto, eutanasia, lucha de clases y finalmente el mismo comunismo".

Como conclusión, asegura que "para un católico, la única postura coherente con su fe católica y con las enseñanzas de Jesucristo y de la Iglesia es un voto negativo o una abstención completa en el referéndum».

En el mismo sentido, un grupo de 32 personas que se autodefinen como católicos entregaron a la agencia Europa Press un escrito en el que afirman que el principio de la soberanía popular, que recoge el proyecto de reforma política resulta inadmisible para un católico, y tras referirse también a la doctrina de la Iglesia Católica, terminan afirmando que "ninguna de estas opiniones, por tanto, podría hacer lícita jamás una respuesta afirmativa de un católico".

En el escrito aparecen las firmas de tres generales (Cano Portal, Gómez Arroyo y Ruiz Hernández), y nombres muy conocidos del integrismo nacional, como Carlos Etayo, Fernández de la Cigaña, Pedro González-Bueno, el padre Venancio Marcos, Blas Piñar, el marqués de Valdeigleslas y José Luis Zamanillo.

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